Las malas noticias no suelen venir solas y, ahora, hemos recibido unas imágenes del Santuario de Misericordia en las que puede verse el antiguo lavadero completamente arruinado, tras haberse derrumbado buena parte de su cubierta.
Situado en un estratégico lugar, frente
a las escaleras de acceso a la plaza del Santuario, el aspecto que ofrece no
puede ser más deprimente, a pesar de las vallas que lo rodean y viene a
representar una nueva pérdida para el patrimonio de nuestra ciudad.
Resulta llamativo que cuando en todas
las localidades de nuestro entorno hayan sido restaurados los lavaderos
históricos, los existentes en el término municipal de Borja se encuentren en
grave riesgo.
Porque, junto con el del Santuario, la
situación de abandono del lavadero de Sayón ha sido reiteradamente denunciada
e, incluso, hay una vecina que se ha empeñado en una particular cruzada para lograr
su rehabilitación, sin haberlo conseguido.
Pero, aún es más preocupante el estado
del gran lavadero situado junto a la N-122, del que varios residentes en la
zona (y nosotros mismos) han advertido del riesgo de colapso ante las grietas
aparecidas en los pilares que sustentan su cubierta.
Curiosamente, en nuestro término existe
otro lavadero, pero es el que daba servicio a Maleján, bajo cuyo casco urbano
se encuentra. Afortunadamente, hace algunos años fue restaurado por el
ayuntamiento… de Maleján.
Podrá aducirse que, tanto el lavadero
de la carretera como el de Sayón, también fueron objeto, en su momento, de
actuaciones municipales. Pero, ante la aparición de nuevos problemas
estructurales en un caso, y a las consecuencias de las acciones vandálicas en el
otro, algo habrá que hacer ¿O los derribaremos para conjurar el peligro?
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