Ayer, al comentar el grabado de San
Judas Tadeo que conserva nuestro Centro, decíamos que aparecía en el interior
de la ejecutoria de infanzonía de D. Manuel Bela y Sebastián, y sus hijos, editada
en Zaragoza, en 1780, en la imprenta de Francisco Moreno.
` A través de ella, podemos conocer el origen de esta familia, procedente de Añón, una de cuyas ramas de estableció en Ambel y, posteriormente, en Zaragoza, así como su relación con Borja.
Como en todas ejecutorias, incluye las
armas de “los Belas de Añón” que, en el texto se describen de forma peculiar,
muy alejada de las leyes de la Heráldica.
Concretamente se dice que “en el primer
cuartel en campo oscuro hay una paloma en medio, con dos velas arriba y dos
abajo encendidas; en el segundo en campo celeste una Cruz de la Encomienda de
San Juan y, en el tercero, en campo pajizo, una cadena y una barra que lo cruza”.
Como justificación, se aduce el que
dichas armas aparecen en la capilla de la Virgen del Rosario que, en la iglesia
parroquial de Añón, mandó edificar Martín Bela en 1613, para servir de
enterramiento para la familia, fundando allí una capellanía.
Y, efectivamente, en la parte inferior
de dicho retablo aún pueden verse las armas mencionadas y reproducidas en la
ejecutoria, aunque con diseño diferente y con algunas modificaciones sustanciales,
pues la cruz que se menciona y aparece en el dibujo de la ejecutoria no es la
de la Orden de San Juan (que tiene ocho puntas), sino que recuerda a la llamada
“Cruz de Íñigo Arista”, patada y apuntada en su brazo inferior. Lo que no hemos
podido leer es la leyenda que figura en la cartela que rodea al yelmo que
timbra al escudo.
Respecto a la familia, se ofrece
información de todos los Bela que, durante más de 250 años estuvieron
establecidos en Añón, donde se encontraba su casa solariega. Fue Francisco Bela
y Gil quien, “siendo mozo y por casar, hizo su volato desde dicha villa de Añón
a la de Ambel, distante una de otro una hora de camino, poco más o menos, y en
esta contrajo legítimo matrimonio con María Miguel. Fue un biznieto de él, D. Manuel
Bela Sebastián el que pasó a vivir en Zaragoza, donde se casó con Dª. Manuel
Laborda, de la que nacieron los cuatro hijos que, con su padre, son los que
ganaron en pleito de infanzonía que nos ocupa.
La razón por la que esta ejecutoria
llegó a poder de D. Carlos Sánchez del Río Peguero, de cuyo archivo procede, la
explica la nota que dejó escrita en la primera página, señalando que “esta
ejecutoria la compró mi padre por tener entendido que un Sánchez muy antiguo
estuvo casado con una de la familia Bela de Añón. Me la dio mi madre en 1923”. De
ello se deduce que la afición del Prof. Sánchez Peguero por la Genealogía le
venía ya del padre, aunque él llegó a ser un experto y, como indica, “lustros
después” pudo averiguar esa relación entre los Sánchez y los Bela, como hace
constar en su nota.
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