En el catálogo de la magna exposición que, con ocasión del V Centenario del fallecimiento del cardenal Cisneros, organizó en 2017 el Cabildo de la catedral primada, aparecía esta imagen de la carabela Santa María, procedente de la Seo zaragozana, en cuya ficha catalográfica se daban detalles interesantes sobre su origen, que merece la pena comentar y precisar.
Se afirmaba que, con ocasión de la
primera participación en el Rosario de Cristal del farol donado por la Armada
Española, el Almirante D. Francisco Bastarreche y Díez de Bulnes, Capitán
General del Departamento Marítimo de Cartagena, había donado las maquetas de
las tres carabelas colombinas, realizadas en el Museo Naval, como homenaje a la
Virgen del Pilar.
En la ficha se indica que eso ocurrió
el 13 de octubre de 1945 pero, en nuestra opinión, fue un año antes cuando ese
gran farol, fabricado en el Arsenal de Cartagena se sumó al Rosario de Cristal.
Venía a recordar que el rezo del Santo Rosario fue impulsado por el Papa San
Pío V, a raíz de la gran victoria naval de Lepanto. De ahí, que el motivo
principal del farol sea uno de los fanales capturados a los turcos en la
batalla.
Los fanales eran los faroles de gran tamaño que iban en la popa de las galeras y que, según su número, servían para identificar la calidad de la embarcación. Su captura constituía un preciado trofeo y en Lepanto, D. Álvaro de Bazán logró varios de ellos que se conservan en el palacio familiar de la calle de San Bernardino de Madrid.
En el Cuartel General de la Armada, antiguo
Ministerio de Marina, se muestran también otros fanales, aunque en este caso
son reproducciones de los originales. En unos y otros está inspirado el diseño
de ese farol del Rosario de Cristal, en el que también se alude a la Virgen
como “Refugium Christianorum” pues a su intercesión se atribuyó el triunfo de
las armas cristianas en tan memorable batalla.
La primera vez que participó el farol en
el Rosario era arrastrado por fuerzas de marinería de la base de Cartagena, que
iban cantando la Salve Marinera. Actualmente lo lleva la Hermandad de San
Joaquín y de la Virgen de los Dolores, aunque no han faltado iniciativas para que
vuelva a participar en la procesión una representación de la Armada. No hace
mucho lo acompañaron miembros de la Parroquia Castrense de Zaragoza, aunque
ninguno de ellos tenía vinculación con la Armada.
Pero volviendo a la ofrenda de las
carabelas, fueron recibidas, de manos del Capitán General de Cartagena por el
Deán del Cabildo D. Santiago Guallar Poza en la Santa Capilla, depositándolas
en el altar de los Convertidos que es el que está a la derecha del retablo
central.
Después, fue llevado a la capilla de
Santa Elena, en la Seo, que entonces era la de la Virgen del Carmen, Patrona de
la Armada y, al final, terminaron en la Biblioteca Capitular, de la que hemos
encontrado esta imagen en la que pueden verse las carabelas sobre una vitrina
central.
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