El reciente artículo que dedicamos al campanil de la colegiata de Santa María, ha suscitado un indudable interés, por lo que nos ha aparecido conveniente volver a recordar el importante conjunto de campanas existente en nuestro primer templo.
Fue hace ya 13 años cuando dimos a conocer
en este blog una serie de reportajes sobre las campanas existentes en Borja que
tuvieron gran éxito y culminaron con un concierto o exhibición de toques de
campanas.
Retomamos, por lo tanto, aquellos
artículos ilustrados con excelentes imágenes de Enrique Lacleta, recordando que
la colegiata tiene dos torres. La que aparece en primer término en la
fotografía es la situada sobre el pórtico y es conocida como “torre de las
campanas”. Al fondo se encuentra la llamada “torre del reloj”.
El grupo más importante de campanas se
encuentra en la primera e iremos describiéndolas de arriba abajo. Este artículo
está dedicado a la gran carraca o “campana de madera”, una pieza de gran
interés que, sin embargo, dejó de sonar hace tiempo.
Está situada en la parte más alta de la
torre, sobre esta otra campana de bronce conocida con el nombre de “Don Don”.
En la fotografía se puede apreciar la posición de la carraca sobre el entramado
de madera.
Se trata de una estructura de madera
circular que se hace girar, de manera que los mazos golpean sobre las tablas,
produciendo su sonido característico.
Este es el dispositivo que hace posible
el movimiento, tirando de un cabo anudado al brazo metálico que se ve en la
fotografía.
La campana se encuentra en un aceptable
estado de conservación y sería posible volver a utilizarla con una pequeña
reparación de algunos de sus mazos y de otros elementos.
Como
es sabido, en la Iglesia Católica, tras el canto del Gloria el día de Jueves
Santo, dejan de sonar las campanas hasta el momento en el que vuelve a
entonarse el Gloria en la Vigilia Pascual. Durante ese espacio de tiempo,
comprendido entre la tarde del Jueves Santo y el amanecer del Domingo de
Resurrección lo único que suenan son las carracas o matracas. Durante esos días
era cuando se empleaba esta “campana de madera” que algunos asocian al
“Entierro de Cristo”, pues sonaba a la salida de esta procesión. Pero también
se utilizaba para convocar a otras ceremonias de esos días, como la “Procesión
de los Cristos” o el llamado “Sermón de la bofetada” y los oficios del Viernes
Santo.
Para
los que quieran conocer el sonido de este instrumento (los hay de diferentes
tipos), ofrecemos este enlace correspondiente a la matraca de la catedral de
Santiago o este otro, que es el de la matraca de Elche, de menor tamaño que la
nuestra.
En
su momento, este reportaje constituyó una auténtica primicia informativa, dada
la dificultad para acceder al lugar donde se encuentra instalado la matraca
borjana.



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