Decíamos ayer que la Memoria de
Licenciatura de María José Aguilera era una auténtica radiografía del estado de
nuestra ciudad, hacia 1975. Anunciábamos también la publicación de las
fotografías que la acompañaban y de las que hoy ofrecemos una selección que no
tiene desperdicio.
Nos ha hecho ilusión el encontrar esta fotografía de un escaparate de Cooperativa de Consumo de Ntra. Sra. de la Peana, en la actual calle Costa (entonces José Antonio) pues, como hemos comentado en otras ocasiones, de este mítico establecimiento sólo disponemos de una foto de su interior (no de muy buena calidad).
Lo que no sabemos con certeza es a qué
comercio correspondía esta otra foto. Es muy probable que alguno de nuestros
lectores nos lo pueda aclarar.
Tampoco teníamos imágenes del Bar Moka
que, con edificio propio existió en la calle Costa, haciendo esquina con la de
Amad. En su momento, representó un avance considerable respecto a sus
instalaciones anteriores en la plaza de Santo Domingo, donde posteriormente
hubo una cristalería. El nuevo bar Moka tenía un salón en la planta superior, donde
se servían comidas y nuestro Centro celebró alguno de sus primeros actos.
También hemos encontrado esta foto de
la primera Discoteca Guinea que estaba ubicada en un local de la calle de la
Concepción, donde ahora existe una herboristería y tienda de alimentos
ecológicos. Fue la primera discoteca de nuestra ciudad; luego se trasladó a la
calle Mayor, donde ahora está el Hogar del Pensionista y antes el Ideal Cinema.
Estuvimos presentes en la inauguración de aquella primera discoteca, presenciando una simpática anécdota. En torno a una mesa baja de las que había, se sentaba el Sr. Alcalde y algún otro miembro de la corporación que, con los criterios de la época, comentaban con el propietario la oscuridad del local. Lógicamente, este intentaba convencerles de que nada más alejado de la realidad pues para la mayor parte de los presentes la iluminación era más que suficiente. Ya estaban más o menos convencido cuando llegó el camarero con las Coca Colas que habían pedido y el inocente muchacho, ajeno a lo que habían estado comentando exclamó: “Por favor, enciendan un mechero que no veo la mesa para dejar las bebidas”.
La única instalación deportiva que existía era el viejo campo de fútbol de la Horca que aún debía estar en funcionamiento, dado que en la foto se ven las porterías y la vallas que cercaba el terreno de juego.
Por entonces, la mayor parte de niños y
jóvenes iban a bañarse a las pozas y pozos del Huecha, por encima de Maleján donde
estaban los mejores. Luego, en Ainzón, excavaron un “pozo” mucho mayor en el
que se reunía un buen número de personas de toda la zona. A veces, iban también
a bañarse a balsas más alejadas, como Erla o la Lastra, no exentas de peligro,
pero que tenían otros alicientes nada desdeñables.
Cuando María José Aguilera redactó la
Memoria, la primera piscina borjana, la del CEREMI, en el Santuario de
Misericordia, ya no estaba en uso tras los incidentes provocados por la
intervención eclesiástica, ante el “gravísimo” problema moral que representaba
el que se bañaran juntos hombres y mujeres. Ahora, puede parecernos
sorprendente o extraño, pero en aquella época dio lugar a un interdicto del Sr.
Obispo, cesando todo tipo de culto en el Santuario.
Pero las fotografías de la Memoria,
recogen otra piscina, la de Aníbal Sánchez que constituyó un enorme avance en
nuestra ciudad. La primera piscina pública abierta para todos, de la que
tampoco teníamos imágenes. Éstas no son de muy buena calidad, pero ofrecen una
idea de lo que eran aquellas instalaciones.
Otro día comentaremos otras fotos que
recogen los edificios considerados emblemáticos en aquella lejana época que
podemos revivir a través de estas imágenes.
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