sábado, 12 de noviembre de 2022

Pioneros de la fotografía en nuestro Centro VI

         Carlos Skogler Fredriksson fue un fotógrafo que tuvo su estudio en el Coso 31, de cuya biografía se conocen muy pocos datos. Incluso sobre su origen se barajan diversas posibilidades. La mayor parte de los que han abordado su figura dicen que era austriaco, pero una de sus descendientes ha llegado a afirmar que, en realidad, era sueco (desde luego el apellido Fredriksson lo es). Por el contrario, Sergio del Molino cree que era uno de los militares alemanes que, durante la I Guerra Mundial, evacuaron el Camerún (posesión colonial alemana) para refugiarse en la Guinea Ecuatorial Española y, desde allí, trasladarse a la península. Tampoco hay unanimidad respecto a la fecha de su llegada a Zaragoza. Alfredo Romero afirma que abrió su estudio a finales del siglo XIX (puede ser lo más probable), pero si procedía de Camerún no pudo hacerlo hasta después de 1916.

         En cualquier caso, el estudio del “misterioso” fotógrafo gozó de prestigio y, además de realizar retratos de numerosas personas, editó postales fotográficas y colaboró con diversos medios informativos como Heraldo de Aragón, en Zaragoza, y ABC de Madrid.

         En 1933, se trasladó a Pamplona, abriendo una lujosa galería en la avenida de San Ignacio 16, donde se inició en el arte de la Fotografía su hijo Carlos Skogler García que, posteriormente, se estableció en Tudela. Nos sorprende el segundo apellido del hijo, dado que cuando falleció el padre el 14 de noviembre de 1947, se indicaba que dejó viuda  (María de Santa Pau) y dos hijos: Carlos y María Nieves. Comoquiera que “María de Santa Pau” es el nombre de una advocación mariana, cabe la posibilidad de que el apellido de la viuda fuera García.


         En nuestro archivo conservamos este precioso retrato, donado por Dª. Teresa Bayod, que lleva la firma de Skogler, pero es muy probable que haya de ser atribuido a su sucesor Ángel Cortés Gracia.


Era hijo de Justo Cortés que había sido jefe de los talleres de Lucas Escolá y. más tarde, se estableció en la calle Escuelas Pías 5, llegando a ser Presidente de la Unión Fotográfica de Zaragoza. De él conservamos esta otra foto, también donada por Dª. Teresa Bayod.

Su hijo Ángel había entrado a trabajar con Carlos Skogler en 1924 y, cuando marchó a Pamplona, se hizo cargo de su estudio, manteniendo el nombre de “Skogler” para aprovechar su prestigio. De ahí, que muchas de las fotografías conservadas con la firma “Skogler” sean en realidad de Ángel Cortés, entre ellas el gran fondo de imágenes de la Guerra Civil que fue adquirido por la Diputación de Huesca.



         Pero, además, Ángel Cortés, se había hecho cargo en 1931 de otro importante estudio zaragozano, llamado “Gran Fotografía Austriaca” del que conservamos este excelente retrato. Estaba situado en la calle Alfonso 38.

         En el registro de patentes hemos encontrado la de “Fotografía Austriaca” registrada, a nombre de Eduardo de Lete, el 15 de octubre de 1904 pero, a tenor de lo que se indica al dorso de la foto que tenemos, el estudio zaragozano es anterior pues, por ejemplo, el Papa León XIII había fallecido en 1903.

         En las informaciones publicadas se afirma que había adquirido el negocio al fotógrafo Ramón de Urrutia, del que no hemos encontrado datos. Por el contrario, Ángel Cortés fue un personaje muy conocido, por su vinculación con la Falange de Zaragoza, cuyo Ayuntamiento lo nombró “Hijo adoptivo de la ciudad” y le otorgó la Medalla de Plata. 


 

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