Carlos Skogler Fredriksson fue un fotógrafo que tuvo su estudio en el Coso 31, de cuya biografía se conocen muy pocos datos. Incluso sobre su origen se barajan diversas posibilidades. La mayor parte de los que han abordado su figura dicen que era austriaco, pero una de sus descendientes ha llegado a afirmar que, en realidad, era sueco (desde luego el apellido Fredriksson lo es). Por el contrario, Sergio del Molino cree que era uno de los militares alemanes que, durante la I Guerra Mundial, evacuaron el Camerún (posesión colonial alemana) para refugiarse en la Guinea Ecuatorial Española y, desde allí, trasladarse a la península. Tampoco hay unanimidad respecto a la fecha de su llegada a Zaragoza. Alfredo Romero afirma que abrió su estudio a finales del siglo XIX (puede ser lo más probable), pero si procedía de Camerún no pudo hacerlo hasta después de 1916.
En cualquier caso, el estudio del “misterioso”
fotógrafo gozó de prestigio y, además de realizar retratos de numerosas personas,
editó postales fotográficas y colaboró con diversos medios informativos como Heraldo
de Aragón, en Zaragoza, y ABC de Madrid.
En 1933, se trasladó a Pamplona,
abriendo una lujosa galería en la avenida de San Ignacio 16, donde se inició en
el arte de la Fotografía su hijo Carlos Skogler García que, posteriormente, se
estableció en Tudela. Nos sorprende el segundo apellido del hijo, dado que cuando
falleció el padre el 14 de noviembre de 1947, se indicaba que dejó viuda (María de Santa Pau) y dos hijos: Carlos y
María Nieves. Comoquiera que “María de Santa Pau” es el nombre de una
advocación mariana, cabe la posibilidad de que el apellido de la viuda fuera
García.
En nuestro archivo conservamos este precioso
retrato, donado por Dª. Teresa Bayod, que lleva la firma de Skogler, pero es muy
probable que haya de ser atribuido a su sucesor Ángel Cortés Gracia.
Era hijo de Justo Cortés que había sido jefe de los talleres
de Lucas Escolá y. más tarde, se estableció en la calle Escuelas Pías 5, llegando
a ser Presidente de la Unión Fotográfica de Zaragoza. De él conservamos esta otra
foto, también donada por Dª. Teresa Bayod.
Su hijo Ángel había entrado a trabajar con Carlos Skogler en
1924 y, cuando marchó a Pamplona, se hizo cargo de su estudio, manteniendo el
nombre de “Skogler” para aprovechar su prestigio. De ahí, que muchas de las fotografías
conservadas con la firma “Skogler” sean en realidad de Ángel Cortés, entre
ellas el gran fondo de imágenes de la Guerra Civil que fue adquirido por la
Diputación de Huesca.
Pero, además, Ángel Cortés, se había
hecho cargo en 1931 de otro importante estudio zaragozano, llamado “Gran
Fotografía Austriaca” del que conservamos este excelente retrato. Estaba
situado en la calle Alfonso 38.
En el registro de patentes hemos
encontrado la de “Fotografía Austriaca” registrada, a nombre de Eduardo de
Lete, el 15 de octubre de 1904 pero, a tenor de lo que se indica al dorso de la
foto que tenemos, el estudio zaragozano es anterior pues, por ejemplo, el Papa
León XIII había fallecido en 1903.
En las informaciones publicadas se
afirma que había adquirido el negocio al fotógrafo Ramón de Urrutia, del que no
hemos encontrado datos. Por el contrario, Ángel Cortés fue un personaje muy conocido,
por su vinculación con la Falange de Zaragoza, cuyo Ayuntamiento lo nombró “Hijo
adoptivo de la ciudad” y le otorgó la Medalla de Plata.
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