Hemos recibido el número 39 de la revista Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló, que edita el Servei d’Investigacions Arqueològiques i Prehistòriques de la Diputación Provincial de Castellón, un servicio importante y muy activo de cuyas actividades se incluye un informe con todas las actuaciones llevadas a cabo, en 2021, dentro del Plan Anual de Actuaciones Arqueológicas, junto con otras muchas actividades que incluyen un buen número de publicaciones. ¡Qué envidia!
Reproducimos la página correspondiente
al sumario de este ejemplar de la revista, para no tener que escribir manualmente
los 17 artículos que incluye, todos de gran interés. Entre ellos, nos ha
interesado, a título particular, el que propone una metodología para el estudio
de los astrágalos de animales sacrificados, presentes en muchas excavaciones.
Sorprendente es la información que
proporciona el trabajo sobre la utilización de una cabeza femoral humana como
fusayola, aparecida en El Puig de la Nau (Benicarló). Para los que lo ignoren
se da el nombre de “fusayola” a las pesas utilizadas en los telares de mano. El
caso que se comenta es único en el mundo ibérico y está asociado a otras
fusayolas fabricadas con huesos animales, por lo que los autores se plantean la
posibilidad de que quien hizo uso de ese hueso, ignorase que era humano, por
las razones que exponen.
El artículo sobre un ánfora ibérica con
grafitos y tapón, vuelve a poner de manifiesto la indefensión de nuestro
patrimonio arqueológico sumergido, sometido a la acción de expoliadores.
Muy interesante es la noticia sobre el
hallazgo en el asentamiento ibérico de Torre la Sal (Cabanes, Castellón) de
cuatro caballos inhumados en un foso, asociados a un ritual funerario, lo que
los autores califican como “la primera vez que se documenta la inhumación de un
grupo de caballos”.
Curiosa, también, es la información
sobre los grafitos góticos encontrados en el castillo de Xivert, posiblemente
asociados a la reforma templaria del mismo, con representaciones de caballeros
y tiendas de campaña. Finalmente, queremos mencionar el inventario y estudio de
los hornos rupestres, para la elaboración de aceite de enebro, en el entorno de
la sierra de Irta, actividad que desde el siglo XVII se mantuvo hasta la
primera mitad del XX en esa zona.
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