Diez poemas para el nieto Malcolm, de Carlos Barral, ilustrada por Borja de Pedro es una de las obras mayores del grabador borjano que nos ha costado conseguir. Editada en Barcelona, en 1984, constituye un trabajo de madurez, fruto de la síntesis entre dos hombres a los que unió una gran amistad.
A Carlos Barral (1928-1989) cuya imagen aparece asociada a su
habitual gorra marinera y a su pipa, se le conoce por su labor al frente de la
editorial familiar Seix Barral, pero también por su actuación política en los
últimos años de su vida, cuando llegó a ser senador del Grupo Parlamentario
Socialista (GPS), por Tarragona, en la legislatura de 1982 a 1986 y miembro del
Parlamento Europeo, donde presentó una propuesta para que el latín fuera
declarada lengua oficial y de trabajo en toda la Unión Europea. Sólo por eso,
ya merecería ser recordado, aunque aquella iniciativa sólo recibiera algún
apoyo simbólico.
Pero Barral fue también un excelente
poeta, no demasiado pródigo por su afán perfeccionista, pero reconocido como
uno de los grandes de su generación. Los Diez poemas para el nieto Malcolm
(que son más), iban dedicados a su nieto Malcolm Otero Barral que, también es
editor. La obra de Borja de Pedro fue el preludio de la que, en 1986, editó con
el título Lecciones de cosas: Veinte poemas para el nieto Malcom.
Del libro que nos ocupa se editaron 85
ejemplares (el nuestro lleva el número 75), además de otros 10 con una plancha
y dibujo original y otros 10 para colaboradores. Todos ellos firmados por
Carlos Barral y los grabados por Borja de Pedro.
En los siete pliegos de que consta la
obra, hay tres al frente de otros tantos poemas. Pero, además, se incluyen
otros cuatro grabados de mayor formato y extraordinaria calidad. Todo ello en
una carpeta de tapas rígidas, atadas con cinta.
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