Como anunció la Ministra de Defensa Dª. Margarita Robles, en
una reciente comparecencia, cinco buques de la Armada con capacidad de prestar
asistencia sanitaria han sido alistado con motivo de la actual epidemia de
coronavirus.
Los medios de comunicación han informado que el BAA Galicia ha sido enviado a Melilla,
ante la complicada situación por la que atraviesa esa ciudad, que no es la
primera vez que visita, dados sus limitados recursos hospitalarios.
Dr. Sohearno (Indonesia) |
Ninguna de esas unidades pueden ser consideradas buques
hospitales dado que, para ello, se requiere un uso exclusivo y cumplir una
serie de requisitos entre los cuales uno de los más visibles es el de estar
pintados de blanco, con marcas de identificación en los costados. Este es un
“lujo” que muy pocos países pueden permitirse. Ayer comentábamos que, de hecho,
únicamente disponen de ellos Estados Unidos, China y Rusia.
Sin embargo, en la práctica internacional se ha venido
imponiendo la doctrina de utilizar otros buques con capacidad sanitaria para
misiones asistenciales, en caso necesario. Entre ellos destacan los de asalto
anfibio, cuya misión esencial es la proyectar una fuerza expedicionaria en las
costas enemigas, de manera que, cumplido ese cometido, se conviertan en
receptores de bajas.
De hecho, hay Armadas como la de Indonesia que han
clasificado como buque hospital a uno de ellos, el Dr. Sohearno, aunque no lo sea en sentido estricto, el cual luce
cruces rojas en su costado, a pesar de ir pintado de gris.
Alicante |
España nunca tuvo un buque hospital, pero con ocasión de los
escasos conflictos en los que nuestro país se ha visto involucrado, fueron
transformados buques civiles para desempeñar esa misión, algo habitual en todo
el mundo.
Durante la guerra con Estados Unidos, en 1898, se hizo así
con algunos mercantes, como el Alicante (que aparece en la imagen), pintado de
blanco y con la franja de costado que, en aquellos momentos, los identificaba.
Castilla I |
Barceló |
Lo mismo ocurrió en la guerra de Marruecos, en la que los buques habilitados como hospitales iban pintados de blanco con cruces rojas en los costados (como el Castilla I), o el emblema de la Sanidad Militar en las amuras (caso del Barceló)
Fue a finales
de la década de los noventa cuando la Armada Española, para hacer frente a las
sensibles carencias en ese ámbito, comenzó a dotarse de unidades con capacidad sanitaria,
aprovechando la construcción de los nuevos buques de asalto anfibio que
vinieron a sustituir a los de procedencia americana.
El primero de
ellos fue el BAA Galicia L-51,
construido por la E.N. Bazán en su factoría de Ferrol, donde fue botado en
Ferrol el 21 de julio de 1997. Con 160 metros de eslora y 28,75 de manga, tiene
un desplazamiento de 13.815 toneladas.
Se trata de un
buque de asalto anfibio que surgió como consecuencia de un convenio de
colaboración entre la Armada Española y la Real Armada de los Países Bajos,
fruto del cual surgieron por parte española los buques Galicia y Castilla, y por
parte holandesa el Rotterdam y el Johan de Witt.
El Galicia dispone de una cubierta de vuelo
desde la que pueden operar 4 helicópteros pesados o 6 de tipo medio; un dique
inundable para lanchas y vehículos anfibios; y capacidad de carga para embarcar
100 vehículos o 1.500 toneladas. Puede albergar asimismo a un batallón de
Infantería de Marina de 600 hombres con todo su equipo.
Cuenta con un
amplio hospital con dos quirófanos, una Unidad de Cuidados Intensivos con 10
camas medicalizadas; una sala de recepción y clasificación de bajas, gabinete
de odontología, laboratorio, equipos de radiología, servicio de esterilización,
central de gases, farmacia y todo el equipamiento necesario para este tipo de
instalaciones. Dispone también de sala de aislamiento y, en caso de necesidad,
todo el buque puede transformarse en hospital, aprovechando los alojamientos de
la Infantería de Marina.
Desde su
entrada en servicio el 30 de abril de 1998, el Galicia ha participado en varias misiones de ayuda humanitaria. La
más importante de ellas, fue la realizada entre noviembre de 1998 y enero de
1999, en cuatro países de Centroamérica con ocasión del huracán Mitch que
afectó a esa zona. Fue la primera vez en la que era activado para desempeñar
este cometido y, en el transcurso de la misión, fueron atendidos más de 5.000
enfermos, realizando a bordo numerosas intervenciones quirúrgicas. Merced a los
helicópteros con los que fue dotado pudo proyectar su acción a zonas del
interior de las repúblicas de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala.
Entre marzo y
julio de 2003 estuvo en Irak, actuando como buque hospital tras la finalización
de los combates en aquel país y, en él, se alojó la actual Reina de España Dª.
Letizia cumpliendo misiones informativas. Dos años después, fue enviado a Banda
Aceh y costa norte de Sumatra para atender a las víctimas del tsunami que asoló
aquella región. También estuvo en el Líbano apoyando a la misión de las
Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
Gemelo del
anterior es el BAA Castilla L-52, botado en Ferrol el 14 de junio de 1999. A
diferencia del Galicia, este buque
tiene incrementada su capacidad de mando y control para servir como buque de
mando y, de hecho, ha servido como buque de mando alternativo del Cuartel
General del Mando del Componente Naval de la OTAN.
Desde su
entrada en servicio el 26 de junio de 2000, el Castilla ha desempeñado importantes cometidos militares. Entre
ellas destacan la Operación “Romeo Sierra” de desalojo de la isla de Perejil.
Por otra
parte, estuvo presente en la misión de ayuda humanitaria a Haití en el marco de
la operación “Mar Caribe” a finales de 2004. Pero fue en 2010 cuando, a raíz
del terremoto que asoló esa misma república centroamericana, fue activado como
buque hospital para prestar ayuda a las víctimas de la catástrofe.
El 30 de
septiembre de 2010 fue botado el Juan
Carlos I L-61, construido por Navantia en Ferrol. No es propiamente un
portaviones, como lo era el Príncipe de Asturias, aunque pueden operar desde él
medios aéreos. Fue definido como buque de proyección estratégica y es el mayor buque
de asalto anfibio, con el que ha contado la Armada hasta el momento.
Con 230,82 metros de eslora y 32 de
manga, tiene un desplazamiento de 27.079 toneladas, pudiendo dar 21,5 nudos.
Dispone de 5.445 metros cuadrados de superficie útil de carga, con capacidad
para albergar 29 carros de combate. En su hangar de 900 metros cuadrados puede
transportar 30 aeronaves. Cuenta además con un dique inundable de 975 metros
cuadrados desde el que pueden operar lanchas LCM.
Tiene capacidad
para alojar a más de 1.400 personas, entre ellas los 883 hombres de la fuerza
de Infantería de Marina.
Además de sus
misiones de combate, el Juan Carlos I
está capacitado para participar en operaciones de ayuda humanitaria ya que
dispone de un amplio hospital dotado de sala de triage, dos quirófanos, unidad de cuidados intensivos con ocho
camas, sala de hospitalización con otras 14 camas, sala de aislamiento,
gabinete de odontología, laboratorio, servicio de radiología, farmacia y salas
de consulta. Por otra parte, le ha sido instalado un moderno sistema de
telemedicina que permite su conexión con los hospitales en tierra.
La primera
unidad con capacidad sanitaria de esta nueva etapa de la Armada es el Patiño A-14, construido por la E.N.
Bazán y botado en el Ferrol el 22 de junio de 1994. Con 166,30 metros de eslora
y 22 de manga, tiene un desplazamiento de 17.050 toneladas, pudiendo dar 20
nudos.
Se trata de un
buque de aprovisionamiento logístico que fue concebido dentro de un programa de
colaboración entre las Armadas de España y los Países Bajos. Gemelo suyo es el Amsterdam (A-836), de la Armada Real
holandesa.
Dispone de un
hospital con 10 camas medicalizadas, quirófano, servicio de radiología,
gabinete de odontología, central de esterilización, planta productora de gases
y todo el equipamiento necesario para este tipo de instalaciones. Por otra
parte, cuenta con espacio para transportar a 300 infantes de Marina que, en
caso necesario, pueden albergar bajas.
Está
capacitado, por lo tanto, para prestar apoyo a fuerzas expedicionarias y
participar en misiones de ayuda humanitaria.
El quinto
buque es el Cantabria A-15, construido
por Navantia para la Armada Española, y botado en Puerto Real el 21 de julio de
2008.
Con 174 metros
de eslora y 23 de manga, tiene un desplazamiento de 19.500 toneladas y puede
dar 20 nudos. Es un buque de aprovisionamiento logístico que cuenta con un
hospital con 10 camas medicalizadas, quirófano, servicio de radiología,
gabinete de odontología, central de esterilización, planta productora de gases
y todo el equipamiento necesario para este tipo de instalaciones.
Está
capacitado, por lo tanto, para prestar apoyo a fuerzas expedicionarias y
participar en misiones de ayuda humanitaria.
A la vista de
lo expuesto, puede deducirse los importantes medios con los que cuenta la
Armada Española para el apoyo sanitario. Sin embargo, sus mayores limitaciones
se encuentran en el ámbito de personal que, para operar en un unidades navales
requiere una cualificación especial y, especialmente, una adaptación al medio.
De ahí que la
desaparición del Cuerpo de Sanidad Naval, refundido con los de Sanidad Militar
del Aire y del Ejército de Tierra en un único Cuerpo Militar de Sanidad, fuera
considerada una desacertada decisión que se ha traducido en una alarmante falta
de efectivos y, además, en la desaparición de todos los hospitales militares,
salvo el de Zaragoza y el, ahora denominado, Hospital Central de la Defensa
(antiguo “Gómez Ulla”). Pero eso ya no tiene remedio, al menos por el momento.
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