Cuando al día siguiente de San Jorge dimos cuenta de la
particular fiesta que habíamos organizado, en soledad, en la sede del Centro,
comentamos que, junto a las botellas de Rozzulo y de Borsao, nos había faltado
la tradicional de moscatel, con la que solemos acompañar a la culeca.
Poco después recibimos la visita de Javier Sola que, desde
la distancia nos comunicó que nos había dejado “algo” en la puerta de la Casa
de Aguilar.
Fue más tarde cuando pudimos comprobar con emoción que se
trataba de esa botella de moscatel de Ainzón que habíamos echado en falta. No
pudimos agradecerle este gesto en ese momento, pero lo hacemos ahora con la
esperanza de que sirva de ejemplo para otras personas. Gracias Javi por tu
detalle y generosidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario