jueves, 23 de abril de 2020

Comeremos la culeca confinados


         Para los borjanos la fiesta de San Jorge es un día muy especial porque está unida a varias de nuestras más importantes tradiciones. Ayer por la noche la ronda del Roscón no recorrió las calles de la ciudad y hoy tampoco celebraremos otros actos que tenían como escenario la ermita dedicada al Santo Patrón de Aragón.

         Cuando termine esta pesadilla recordaremos que prácticamente dejó en blanco buena parte de un año de nuestras vidas, algo que nunca pudimos imaginar.





         Durante esta mañana eran muchas las personas que se daban cita en esa ermita, ubicada en un lugar desde el que puede contemplarse una de las vistas más hermosas de Borja. Allí se celebraba la Eucaristía, al término de la cual tenía lugar la bendición de los términos.





         Esta ceremonia que, antiguamente, estaba vinculada a la Cruz de Mayo, se trasladó a esta fecha y a este lugar por razones prácticas y porque desde San Jorge se puede efectuar la bendición orientada hacia los cuatro puntos cardinales, como se hacía en el monte de la Corona, más inaccesible, y mucho mejor que desde el parque, donde llegamos a conocerla. Este acto nos trae siempre el recuerdo de D. Leandro José Galindo Escolano que, durante varios años, portó la tradicional cruz que se utiliza en la bendición. Ahora, suele llevarla D. Mariano Irache Cabañero que ya entonces se colocaba al lado.



         Al final, los asistentes podían compartir algunos de los roscones de la noche anterior. Pero el dulce protagonista de este día es la “culeca” que en tiempos se consumía por la tarde en la ermita o a orillas del Huecha y que es una costumbre también presente en otras localidades de la comarca.




         Nuestra culeca tiene forma de mujer, con dos huevos en su interior y aunque ahora presenta este aspecto, antiguamente era habitual que estuviera recubierta por un baño de azúcar y claras de huevo.
         En el Centro de Estudios Borjanos solíamos adquirir varias culecas para compartirlas con colaboradores y visitantes. Aunque este año no habrá nadie que se acerque hasta nuestra sede, por razones evidentes, hemos encargado el mismo número de culecas y las iremos consumiendo, poco a poco, en nombre de todos.

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