Hoy celebra la Iglesia la gran fiesta de la Resurrección del
Señor y queremos ilustrar nuestra felicitación pascual con esta hermosa
interpretación que del eje central de la Fe realizó el pintor Raffaellino del
Garbo (c. 1466-1524), que se conserva en la Galería de la Accademia di Belle Arti de
Venecia.
En otras ocasiones lo hemos hecho con algún detalle de la
tabla del Museo de la Colegiata de Borja que pintaron los hermanos Zahortiga en
1460 y que es la única cuya restauración permite contemplar los rostros en su
versión original ya que, en las restantes se mantuvieron los repintes con los
que fueron “refrescados” en el siglo XVI.
Las actuales circunstancias nos impidieron asistir a la
Vigilia Pascual, la celebración central del año litúrgico en la que el fuego,
con el encendido del Cirio Pascual, y el agua con la que se renuevan las
promesas bautismales, tienen un profundo simbolismo. Además, durante el canto
del Gloria, es cuando vuelven a sonar las campanas de toda la Cristiandad.
En unos momentos especialmente duros es cuando los ojos de
los creyentes se vuelven hacia Cristo Resucitado en el que se asienta la Fe de
la Iglesia, pues como escribió San Pablo en su primera Carta a los Corintios
“Si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana
también vuestra fe”. En Él radica la esperanza de nuestra futura resurrección,
tras el inevitable tránsito por la muerte.
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