Estos días los medios de comunicación han difundido una
noticia preocupante, en el portaviones norteamericano USS Theodore Roosevelt (CVN 71) se ha desencadenado un brote de
coronavirus que ha afectado, en principio, a más de 100 de su dotación y le ha
obligado a entrar en puerto, en la isla de Guam, mientras su comandante
solicitaba al Almirante Jefe de la VII Flota la adopción de medidas inmediatas para
contener su propagación.
El USS Theodore
Roosvelt es el cuarto portaviones de propulsión nuclear de la clase Nimitz. Construido en los astilleros
Newport News Shipbuilding Co, fue botado el 27 de octubre de 1984. Con una eslora
de 332,8 metros y una manga de 76,8, tiene un desplazamiento de 106.278
toneladas a plena carga. Puede transportar 90 aeronaves, entre aviones de ala
fija y helicópteros. A los 4.000 hombres que integran su dotación hay que sumar
otros 1.000 aproximadamente de la fuerza aérea embarcada.
No se han facilitado datos precisos sobre el número de
hombres que, en estos momentos, viajaban a bordo. Lo que sí se sabe que, cuando
apareció el brote epidémico, se encontraba en aguas de Vietnam en misión
operativa. Allí pudieron contagiarse y, tras detectar los primeros casos y su
rápida propagación, fue enviado a la isla de Guam.
En las últimas horas se han sucedido los comunicados contradictorios,
debido a que, inicialmente, las autoridades navales se mostraban reacias a
ordenar una evacuación. Hay que tener en cuenta que aunque en Guam existe una
importante base naval, se trata de una isla muy pequeña, de 544 kilómetros
cuadrados y algo más de 150.000 habitantes en 19 localidades que no cuenta con
instalaciones sanitarias suficientes y plazas hoteleras.
Por otra parte, el problema se ha planteado en una de las
principales unidades de la fuerza naval de la US Navy, en misión operativa, lo
que implica especiales medidas de confidencialidad que, en este caso, se han
visto sobrepasadas por la actuación de su comandante que, entre cosas, se quejado
de que, como ocurre en España, los tests que le fueron enviados no permiten
evaluar la realidad de los hombres afectados, por tratarse de los llamados
tests rápidos.
Al final se ha optado por ordenar una evacuación progresiva,
comenzando con los 1.000 primeros hombres, aunque se ha señalado la necesidad
de mantener una parte de la dotación a bordo para mantener la seguridad del
reactor nuclear que utiliza para su propulsión y para las misiones de seguridad
interior y mantenimiento.
Nada de ha dicho de la
Carrier Air Wing 11 (la fuerza aérea embarcada) que, en parte, podría ser
transferida a otros lugares.
Hasta Guam han sido enviados especialistas médicos de la US
Navy y se estudia la posibilidad de instalar un hospital de campaña, sin que en
el momento de redactar esta nota se conozcan detalles más precisos.
Pero, al margen de destacar la incidencia del virus en el
despliegue operativo de un país tan importante como Estados Unidos, lo que
queríamos recordar es que la isla de Guam, donde ha entrado el portaviones fue
durante siglos una isla española que pasó a poder de los Estados Unidos como
consecuencia de los acuerdos de París que pusieron fin a la guerra
hispano-norteamericana de 1898.
Por ese motivo, dedicaremos otro artículo a la historia de
ese territorio que, como otros muchos, olvidados por buena parte de nosotros,
hicieron del Pacífico el “lago español”, como llegó a ser denominado.
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