Hace unos días comentamos que Enrique Lacleta había subido de noche al cabezo de la Horca para ver amanecer desde allí y, con la ayuda de un teleobjetivo, había captado imágenes de Borja y de su entorno con esta luz tenue que proporcionan los primeros rayos de sol.
Algunas de esas imágenes nos han
interesado especialmente, como las del Cinto y los restos de sus murallas, cuya
importancia seguimos sin valorar, a pesar de su antigüedad y del hecho de ser
uno de los escasos ejemplos de fortificaciones califales que se conservan en
Aragón. Poco a poco, se van derrumbando mientras la zona se degrada o surgen
construcciones ajenas a las características de la misma.
Pero no menos interesantes son las
vistas generales de las bodegas, otro de los grandes activos patrimoniales de
nuestra ciudad. Las que vemos son las llamadas “Bodegas de Saliente”, además
están las de Poniente, las del Abrevador y el núcleo de la Valturera. No
conocemos el número exacto de bodegas, pero es muy importante. Si a ellas
sumamos las de todas las localidades de nuestro entorno, nos encontramos con un
conjunto que, obligatoriamente, debería ser estudiado y potenciado.
Girando hacia la derecha el objetivo de
la cámara aparece la Muela Alta con sus pinos calcinados en gran medida y esos
montes situados delante, donde está el antiguo vertedero que ocupó unas viejas
canteras y sobre los que siempre nos causo extrañeza el que no se le hubiera
ocurrido a nadie repoblarlos, cuando esa práctica era habitual.
Sigue después la ermita de San Jorge. Ahí
sí que se plantaron pinos. Hubo varios intentos y los que ahora han crecido son
relativamente recientes (recientes para las personas de mayor edad que los
vieron crecer a finales del siglo XX). Detrás del cabezo de la ermita se pueden
ver algunas de las bodegas de la zona del Abrevador. No son muchas pero, entre
ellas, hay alguna que puede figurar entre las de mayor tamaño de Borja. La
siguiente imagen corresponde al cabezo llamado “La era del diablo” y otros que
le rodean. Al fono la Muela Baja calcinada.
El círculo se cierra con otra nueva
vista de la colegiata de Santa María, recortada en la silueta del Moncayo, tras
una serie de fotografías del valle del Huecha y algunas de sus localidades, que
hemos omitido.
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