En la incesante búsqueda de
publicaciones relacionadas, de un modo o de otro, con Juan David García Bacca,
el Dr. Aretxaga ha localizado en México el nº 7-8 de la revista Tierra Nueva,
en el que se incluye un artículo de García Bacca.
Autodefinida como “Revista de Letras Universitarias” fue fundada en enero de 1940 por cuatro estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuyo Secretario General Mario de la Cueva les apoyó para que pudiera ser editada en la imprenta de la propia universidad. Como toda iniciativa que es fruto del entusiasmo juvenil, su vida fue efímera pues sólo llegaron a editarse 15 números hasta diciembre de 1942 que, en realidad fueron menos pues cinco fueron dobles, como el que hemos conseguido.
Es interesante recordar a aquellos
estudiantes que la crearon: Jorge González Durán (1918-1986), estudiaba Derecho
en la UNAM y luego Filosofía y Letras. Llegó a ser un poeta reconocido y entre
otras cosas creo la Escuela Nacional de Bibliotecarios y Archivistas y la
Biblioteca México.
José Luis Martínez Rodríguez (1918-2007) estudiaba, en aquel
momento, Letras Españolas en la UNAM y llegó a ser uno de los grandes
personajes de la Cultura mexicana, además de profesor de Literatura de la UNAM
y diplomático. Fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua y de
la Academia Mexicana de la Historia, así como Director del Fondo de Cultura
Económica entre 1977 y 1982.
Alí Chumacero (1918-2010), era también
alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, una etapa no exenta de
dificultades por su precaria situación económica. Pero también triunfó como poeta,
ensayista y editor, habiendo recibido a lo largo de su vida numerosos premios y
distinciones.
El cuarto de aquel grupo de peculiares
estudiantes era Leopoldo Zea (1912-2004). En su caso cursó simultáneamente las
carreras de Derecho y Filosofía, trabajando por las noches para sufragar sus
estudios. Fue José Gaos quien le consiguió una beca y le orientó definitivamente
hacia la Filosofía, llegando a ser profesor de la UNAM y uno de los grandes
filósofos mexicanos.
Tierra Nueva era una revista de calidad
con firmas destacadas. En el número que nos ocupa hemos de destacar el artículo
de García Bacca que lleva por título “Hacia el matematicismo” que es una
ingeniosa digresión sobre tres “clases de hombres” que parecen empeñados en no
llamar a las cosas por su nombre: “llamar al pan, pan; al vino, vino, como
decimos en Castilla”. De ello acusaba a los poetas y a los filósofos y “aunque
parezca extraño y levante alguna secreta protesta, a los físicos”. Como exponente
de ello propone lo que denomina “acertijos” poéticos, metafísicos y físicos,
siguiendo una trama expositiva sumamente sugerente.
Pero, como prueba del interés de la
revista, debemos mencionar a otros ilustres colaboradores como el Premio Nobel
Octavio Paz (no lo era aún) o el escritor revolucionario y activista político
José Revueltas (1914-1976), encarcelado varias veces, la última de ellas cuando
fue acusado de ser el inspirador de la revuelta estudiantil que culminó con la
matanza de la plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968.
Incluye también composiciones de Paul
Valery, de la poetisa y narradora mexicana María Luisa Hidalgo Riestra
(1918-1990), del también mexicano Arturo Rivas (1905-1985) o del poeta e historiador
español exiliado José Moreno Villa (1887-1995), entre otros.
Además, como suplemento de la revista,
incluye un fascículo que, con el título de Rosa efímera, reúne una serie
de poesías de grandes autores castellanos, recopiladas por José Luis Martínez,
que firma la introducción. Autores como Góngora, Lope de Vega o Calderón de la
Barca figuran entre los seleccionados, pero también el aragonés Bartolomé
Leonardo de Argensola, Sor Juana Inés de la Cruz o José de Espronceda.
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