De igual forma que debemos llamar la atención sobre lo que, a juicio de los especialistas, no se ejecuta debidamente, también hay que resaltar la actuación de aquellos ciudadanos que llevan a cabo obras que contribuyen a mejorar el aspecto de nuestra ciudad.
En este sentido nos ha sorprendido
gratamente la restauración de cubiertas, aleros y fachada de un edificio que,
por su céntrica ubicación, contribuye notablemente al ornato de nuestras calles
y, en concreto, el inicio de la de Alfaro Malumbres y los accesos a las plazas
del Mercado y de España.
Sus muros están formados por grandes
franjas de mampostería entre verdugadas de ladrillo visto, al igual que los
refuerzos de las esquinas. Recuerda al aparejo toledano, aunque aquí se enlucía
la mampostería. De esta forma se construyeron varios edificios en nuestra
ciudad, a partir del siglo XVII. Pero el que estamos comentando es del siglo
XIX, como pudimos documentar a través de un croquis o plano conservado en el
Archivo Municipal.
Queremos destacar el esfuerzo realizado
por sus propietarios para acometer la obra y el cuidado puesto en su ejecución,
al que no es ajena la empresa encargada que viene dado muestras de su
sensibilidad en estas cuestiones. La lástima es que, como ocurre en otras
muchas zonas de Borja, se vea afeada por esa maraña de cables que utilizan como
soporte sus fachadas, a pesar de que en los conjuntos declarados BIC no están
permitidos los tendidos aéreos.
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