lunes, 14 de febrero de 2022

Castillo de Requesens

 

         Otra de las postales que acabamos de conseguir es la nº 76 de la serie “Castillos de España” de Ediciones Vistabella, correspondiente al llamado castillo de Requesens, en La Junquera (Gerona).


         Situado en el centro de una gran finca, este espectacular castillo es de origen medieval, estando documentado desde el siglo XI, vinculado al señorío de Requesens. Desde el siglo XV era propiedad de los vizcondes de Rocabertí, señores también del castillo de Perelada.



         En el siglo XIX se encontraba casi completamente arruinado, siendo reconstruido, entre 1893 y 1899, por los condes de Perelada D. Tomás de Rocabertí-Boixadors y su hermana.


         La obra fue espectacular, inspirada en criterios historicistas, aunque realizada con materiales de la zona que la alejan un tanto de otras restauraciones de la época. Fue realizada por el maestro Alexandre Cornalat para su empleo como residencia de verano y alojamiento de los trabajadores de la finca.


         Lamentablemente, los impulsores de aquella obra que tuvo una gran repercusión en Cataluña no pudieron disfrutar de sus resultados pues D. Tomás murió en 1898 y su hermana el mismo día de la inauguración del castillo, el 24 de junio de 1899.

         Al no tener descendencia, todas sus propiedades pasaron a sus sobrinos, tras un largo contencioso.



         En 1923, fue adquirido por los hermanos Pedro y Juan Rosellón, unos industriales mallorquines interesados en la explotación forestal de las 2.000 Ha de la finca que rodea al castillo, pero cuatro años después lo vendieron al duque del Infantado que llegó a residir esporádicamente en el castillo.

         Saqueado durante la guerra civil, al finalizar la misma, se convirtió en cuartel de un destacamento encargado de la represión del bandolerismo en la zona y, en 1955, lo adquirieron los actuales propietarios D. Miquel Esteba Caireta y D. Josep Pijoan.





         En la actualidad el impresionante complejo está abandonado. Sus numerosas dependencias se mantienen en pie, aunque sin ningún tipo de contenido, cosa que sorprende a los visitantes que pueden efectuar visitas a su interior, tras el pago de una pequeña cantidad.

         Son muchos los que se han pronunciado sobre el desinterés de la propiedad y de las autoridades competentes para impedir la progresiva ruina de este conjunto monumental, representativo del siglo XIX, dotado de una indudable espectacularidad, tanto por sus características como por su privilegiado emplazamiento.




 




No hay comentarios:

Publicar un comentario