miércoles, 23 de febrero de 2022

Novedades en torno a la judería de Borja

 

         El Prof. D. Miguel Ángel Motis Dolader es, sin duda, uno de los mayores expertos en judaísmo y ha estudiado todas las juderías de nuestra zona. Tras conseguir el Premio “Juan de Coloma” por su primera aproximación a la de Borja, en 2003 publicó en Cuadernos de Estudios Borjanos XLVI una actualización de los datos recabados sobre la misma, deshaciendo algunos errores difundidos hasta entonces.


         La judería borjana se encontraba en el interior del Cinto que, en realidad, era una alcazaba, protegida por murallas y con un único acceso. Allí la comunidad judía quedaba bajo la protección real, a cambio de contribuir al mantenimiento y reparación de la muralla.


         Allí estaba la sinagoga, la cual el Prof. Motis dio a conocer en el artículo mencionado que resultó destruida durante la guerra de los Dos Pedros, como otros edificios borjanos, tras la ocupación castellana.

         Ahora, se ha puesto en contacto con nosotros para comunicarnos el hallazgo de un documento en el que se señala que la sinagoga fue construida en 1386, “prop lo Castell de la dieta Vila”. Evidentemente, se trata de la reconstrucción de la anterior que ya aparece mencionada en el siglo XIII y, respecto a su ubicación, no cabe duda de que estaba junto al castillo.


         En el lugar señalado con una flecha en la fotografía anterior apareció la inscripción hebráica que se conserva en el Museo Arqueológico de Borja, tras la restauración sufragada por el Centro de Estudios Borjanos.

         En esta inscripción declarada “Bien Inventariado del Patrimonio Cultural Aragonés” se hace referencia al lugar que ocupaba un físico (médico) apellidado Axivilí, que algunos han interpretado que era el de la sinagoga, aunque otros se decantan por su domicilio.


El Prof. Motis sugiere que esa sinagoga estaba cerca del aljibe, otra de las construcciones importantes que existieron en el Cinto y a la que, recientemente, nos hemos referido, al comentar el artículo de Carmen Rosario Torrejón, publicado en el número XXXI de la revista Aragón en la Edad Media, con el título “La reina María de Castilla y el patronazgo espiritual en Aragón bajo las directrices de la Observancia”, en el que, al hacer referencia a las obras de construcción de la iglesia de Magallón (anterior a la actual) se menciona al “maestro que faze la obra del aljub de nuestro Castillo de Borja”, a mediados del siglo XV.

Los fustes y capiteles que se prodigan en el Cinto, reaprovechados en algunos casos, pueden guardar relación tanto con la sinagoga como con el aljibe. En cualquier caso, una excavación arqueológica en esa zona vendría a dar respuesta a todos los interrogantes planteados.


         Otro dato que nos ha aportado el Prof. Motis es el de que “la casa de Samuel Benacan se sitúa en la judería de fuera, llamada judería de Basenta y confronta con casas de Abraham Hallar y Jento de Arahony”.


         El crecimiento de la comunidad judía vino a desbordar la capacidad de la alcazaba, a pesar de que fueron construidas casas “colgantes” o voladas, de las que han quedado sus machones.

         Por eso fue preciso construir nuevas viviendas en la llamada “senda de Basenta”, la actual costera de San Pedro (calle Mateo Sánchez) por la que se ascendía al castillo. Ahora, por el dato del Prof. Motis podemos saber que se consideraba como “judería de fuera”, en contraposición a la de adentro, del interior del Cinto.



         Una sorprendente muestra de urbanismo conservada es la calle de Trébedes que, en realidad era un espacio creado para que las casas de los judíos no estuvieran adosadas a las de los cristianos.

         Es tan importante esta muestra de urbanismo medieval que fue utilizada como portada en la Guía del Aragón Judío, editada por el Gobierno de Aragón. Lamentablemente, su estado actual dista mucho del original, a pesar de los reiterados llamamientos que hemos efectuado para su rehabilitación, así como para la recuperación de su comunicación con la calle de San Juan Alta, inexplicablemente tapada por la fachada de un edificio allí existente.

         Como vemos, ahora que se pretende reivindicar esas tres Culturas que coexistieron en nuestra ciudad, queda mucho por hacer en la recuperación de los restos más importantes que una y otra nos han dejado.







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