jueves, 10 de febrero de 2022

Fray Tomás de Berlanga y el lagarto

 

         Frente a la fachada del antiguo palacio de los duques de Frías se alza la estatua de fray Tomás de Berlanga (1487-1551), un ilustre hijo de Berlanga de Duero que profesó como religioso dominico en el convento de San Esteban de Salamanca.


         Fray Tomás llegó a ser obispo de Panamá y fue encargado por el emperador Carlos V de mediar en las disputas entre Francisco de Pizarro y Diego de Almagro, tras la conquista del Perú.



         Viajando hacia el Perú, los vientos llevaron a su nave hacia unas islas desconocidas a las que, poco después, se dio el nombre de Galápagos por los numerosos ejemplares de los mismos que había en ellas y que, mucho más tarde, causaron impresión en Darwin cuando llegó hasta allí a bordo del Beagle. Pero, con anterioridad, ya había sido objeto de atención para la expedición Malaspina y, en 1831, José de Villamil envió una comisión exploradora al archipiélago.


         En el lateral del monumento hay incrustadas unas rocas de las islas que, en la actualidad, pertenecen a la República de El Ecuador, de la que distan cerca de 1.000 kilómetros mar adentro. Forman un conglomerado de trece islas grandes, nueve medianas y más de 100 islotes, siendo la segunda reserva marina más grande del mundo.


         Fray Tomás fue un gran defensor de los indígenas y el primero en plantear la posibilidad de construir un canal cruzando el istmo de Panamá. Tras renunciar a su obispado a los cincuenta años, regresó a su localidad natal donde falleció.


         Está enterrado en el suelo de la llamada “capilla de los Cristos” de la colegiata de Santa María del Mercado de Berlanga de Duero.


         Sobre un muro, a la entrada de dicha colegiata cuelga un ejemplar disecado de caimán negro que fray Tomás trajo de tierras americanas. Recientemente restaurado, es conocido con el nombre popular de “el lagarto”, habiéndose convertido en uno de los símbolos de la localidad.

         En torno al caimán han surgido diversas leyendas e, incluso, su origen es objeto de controversia. Hay quien afirma que procede las Galápagos, lo que es imposible. Es centroamericano y, al parecer, lo trajo vivo hasta Berlanga el ilustre prelado, siendo disecado tras su muerte. No es el único que puede verse en templos españoles, ya que era costumbre mostrarlos en ellas como una atracción turística más.



         La confitería El Torero ha creado unas pastas de te que llevan el nombre de “El lagarto de fray Tomás” que tuvimos la oportunidad de probar. Fue una pena que no nos trajésemos unas cajas. Nos hubieran servido ahora para contribuir a nuestra recuperación.








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