miércoles, 7 de diciembre de 2022

Un gran belén diferente

 

         El gran belén monumental del Auditorio de Santo Domingo de Borja sorprende a los visitantes, tanto por sus dimensiones, como por sus características, las cuales hay que inscribir dentro de esa corriente que tiende a recrear espacios urbanos y monumentos conocidos para la mayor parte de los espectadores, adaptándolos a la tradición belenística. Sin embargo, ello no constituye una novedad, pues basta contemplar conocidos belenes napolitanos para comprobar que, en ellos, las escenas del Nacimiento también se enmarcaban en escenarios contemporáneos.




El belén, situado sobre una plataforma de más de cien metros cuadrados, puede ser recorrido perimetralmente. Frente a la entrada, se ha dispuesto este año la reproducción de todo el conjunto de edificios contiguos al arco de la Carrera, una de las antiguas puertas de nuestra ciudad. A los ya existentes, ha venido a sumarse este año la maqueta del convento de la Concepción, en la que incluso pueden verse a las religiosas cultivando la huerta.



         Formando un conjunto de lo que podría ser la zona monumental del belén, se encuentran, a la derecha, el palacio de los marqueses de González de Castejón, ahora en curso de restauración, y la iglesia de San Bartolomé, con la antigua torre desaparecida y los danzantes en primer término.



         A la izquierda podemos ver, entre otras cosas la maqueta del palacio de Bulbuente y la de la Casa de Aguilar que, como las anteriores, son obra de D. Ángel Sánchez Serrate, que viene dedicando mucho tiempo a este tipo de obras, alguna de las cuales se expone en otros lugares, como el Matadero de Magallón.



         Continuando el recorrido, podemos ver otros monumentos, a la sombra del castillo que domina todo el conjunto, con la decoración que se instaló en él con ocasión de la pasada recreación histórica y que fue retirada no hace mucho, cuando sus colores habían perdido su viveza, como consecuencia del sol y otros agentes atmosféricos.

         Para algunos quizás pasará desapercibido el que, bajo la ermita del Calvario, puede verse una ladera arrasada por el fuego, en recuerdo del terrible incendio que este año destruyó los bosques de la Muela.

         Viene a continuación la ermita del Sepulcro, junto al río y lago que no puede faltar en cualquier belén que se precie, con el agua circulando.



         Ya, en la parte posterior, se ha situado el castillo de Herodes y, recorriendo el lateral derecho, se puede ver la ermita de San Jorge que, próximamente, va a ser restaurada.



         Allí también se encuentra lo que constituye el centro y fundamento de todo belén: el Nacimiento que, en esta ocasión, ofrece una curiosa particularidad. El Niño no está en la cuna, pues ha comenzado a llorar y la Virgen lo ha tomado en sus brazos para mecerlo, por lo que esta figura está dotada de movimiento.


         Este belén que forma parte de la Ruta del Belén de Aragón, al margen de lo que hemos comentado, ofrece numerosos detalles de la vida cotidiana, dotados de un realismo y una minuciosidad sorprendentes. Por ello, merece la pena dedicarles otro artículo, como vamos a hacer, mientras invitamos encarecidamente a, quienes desde Borja u otras partes nos leen, visitarlo pues van a disfrutar sin duda.



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