Hablábamos ayer de la historia del Panteón de Hombres Ilustres y hoy queremos iniciar el recorrido por su interior, dando noticia de los personajes que allí se encuentran enterrados y de la importancia artística de sus mausoleos, de los que el primero que encuentra el visitante al entrar es el de D. Práxedes Mariano Mateo-Sagasta y Escolar (1825-1903).
Sagasta había venido al mundo en la
localidad riojana de Torrecilla de Cameros. Cursó la carrera de Ingeniero de Caminos,
Canales y Puertos en la Escuela de de Madrid, donde se graduó en 1849, comenzando
a ejercer la profesión es destinado a la jefatura de Obras Públicas de Zamora.
Con tan solo 32 años, fue nombrado profesor de la recién creada Escuela de
Ayudantes de Obras Públicas, en la que impartió clases de Topografía y
Construcción y llegó a ser subdirector.
Desde su época de estudiante ya se había
decantado por las ideas liberales, en el sentido que las mismas representaban
en la España del siglo XIX, y durante su etapa como profesor era ya diputado en
Cortes. En 1866, tras la sublevación del Cuartel de San Gil fue cesado de su
cargo de profesor y separado del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, teniendo que
exiliarse.
Tras el derrocamiento de Isabel II
retornó a España para dedicarse por entero a la Política, hasta convertirse en
una de las figuras señeras de aquel momento histórico. Entre otras cosas, fue Presidente
del Congreso en dos ocasiones y del Consejo de Ministros durante siete períodos
entre 1870 y 1902. Junto a D. Antonio Cánovas del Castillo fue el artífice del
sistema de “turnismo”, que alternando el poder entre liberales y conservadores,
hizo posible la estabilidad política en la España de la Restauración.
Ante la imposibilidad de sintetizar toda
su biografía, nos limitaremos a recordar que fue miembro de la Real Academia de
las Ciencias Físicas, Exactas y Naturales y entre los reconocimientos públicos
figura el de Hijo Adoptivo de Huesca.
Dentro de la Masonería, de la que formó
parte, llegó a alcanzar el grado 33 y ejerció el cargo de Gran Maestre del Gran
Oriente de España. Pero, en 1885, se apartó de ella de forma privada y, en
1894, lo hizo públicamente. Tenía 77 años cuando falleció el 5 de enero de
1903.
El mausoleo que estamos comentando es
una obra destacada del gran escultor Mariano Benlliure que, como veremos en su
momento, también realizó otros de este mismo panteón.
Realizado en mármol de Carrara, muestra
con gran realismo el cuerpo yacente del ilustre político, parcialmente cubierto
por un manto con el escudo de España. Sobre el pecho aparece el collar de la
Orden del Toison de Oro y un crucifico (destruido durante la II República) que
vendría a representar su reconciliación con la Iglesia.
Tras él se encuentra una figura
femenina que representa a la Historia, con la cabeza coronada de laurel y sosteniendo
entre sus manos un libro en cuya cubierta aparece la palabra “Historia”. Suele
afirmarse que, como modelo para esta figura, Benlliure utilizó a Lucrecia Arana,
una conocida artista de la época.
A los pies del mausoleo, el escultor
colocó a un joven obrero, representando al pueblo, que apoya el codo izquierdo
sobre el libro de los Evangelios, mientras sostiene con la mano derecha una
espada coronada con una pequeña cabeza de mujer, alegoría de la República.
Pero, esa empuñadura incorpora también otros símbolos como la Justicia y la Paz
(una rama de olivo).
En la parte frontal puede leerse “A Sagasta los liberales. MDCCCXXV
+ MCMIII”, porque fue el Partido Liberal quien el que encargó el mausoleo, en
el que Benlliure comenzó a trabajar en el verano de 1903, el mismo año del
fallecimiento de Sagasta
En artículos sucesivos, queremos mostrar el resto de
mausoleos, dando noticia de los personajes a los que están dedicados y de sus
características como obras de Arte, constituyendo un conjunto especialmente
hermoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario