jueves, 15 de septiembre de 2022

La historia del rápido

 

         Recientemente, al hablar de las fiestas de Ainzón, comentamos la curiosa costumbre de ofrecer a trasnochadores y madrugadores un vaso de moscatel con “rápido”. Los lectores que no son de estas tierras ignoraban en qué consistía ese “rápido”. Por ese motivo Dª. Mabel Mayor se puso en contacto con nosotros para darnos a conocer el origen de este bizcocho (de un bizcocho se trata, aunque no es el de la foto) y la forma en que llegó a Ainzón.

         Los abuelos maternos de Mabel fueron D. José Tejero Chueca, nacido en Borja, siendo el pequeño de una gran familia dedicada a la panadería, el cual contrajo matrimonio con Dª. Francisca Lajusticia Sebastián, también de Borja, la pequeña de tres hermanos: Ángel que se dedicó al trabajo de herrería, como su padre, con taller en la plaza de Santa María y Elisa, religiosa de la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que fue enfermera en el noviciado de Zaragoza.


         D. José Tejero se dedicaba a la puesta en marcha de molinos y, poco después de casarse, marchó con su esposa en busca de trabajo. Estuvieron residiendo en Bello (Teruel) con su primogénito Víctor y en esa localidad turolense nacieron sus hijas Delfina y Elisa (madre de Mabel). 


         Cuando Elisa tenía pocos meses se trasladaron a Peñarroya de Tastavins, donde se estaba construyendo un molino en el centro de la localidad. La esposa del propietario era de Caspe y fue ella la que enseñó a Francisca Lajusticia la receta del bizcocho.

         La guerra civil marcó de manera indeleble a la familia pues Víctor el mayor de los hermanos Tejero Lajusticia fue asesinado cuando tenía 14 años y, poco después lo fue el cabeza de la familia D. José Tejero, un gran católico (Esperamos conocer más detalles de esta terrible historia que desconocíamos).

         La viuda, con sus dos hijas, fue traída a Borja por su hermano D. Ángel Lajusticia y se instaló en una casa propiedad de la madre de D. Carlos Sánchez Peguero y aquí siguió elaborando el bizcocho que se había convertido en un dulce habitual de la familia.


         Más tarde, trasladó su residencia a Ainzón, al haber obtenido trabajo en las oficinas de la empresa Mañas, y allí dio a conocer su bizcocho que compartía con sus vecinas y llevaba a los enfermos. Eran tantos los que elaboraba que sus amigas le preguntaban: “¿Cómo no te cansas de hacer varios al día?” y ella respondía “Porque es rápido” y ahí nació el apelativo con el que fue conocido: el “rápido”. Los llevaba también al noviciado de las Anas, donde estaba su tía y, cuando los recibía, también comentaba “Ya tenemos rápidos”.

         Su receta original era: Ingredientes: ¼ de kilo de harina, 200 gramos de azúcar, 2 huevos, un vasito de aceite y 2 sobres dobles de gaseosa “El Tigre”. Elaboración: Se separan las claras de los huevos, batiéndolas a punto de nieve y añadiéndoles casi todo el azúcar (reservando un poco para espolvorear antes de hornear). Se incorporan las claras batidas a la mezcla ya preparada de la harina, las yemas y los sobres de gaseosa. Se coloca todo en un recipiente forrado con papel de horno untado con aceite de oliva, espolvoreando el azúcar sobrante por encima y se hornea entre 25 y 40 minutos. 



         Algo diferente es la receta que dio a conocer María Pilar Garde en la obra Cocina popular del valle del Huecha que editó el Centro de Estudios Borjanos, pero manteniendo el nombre de “Rápido” y asociándolo a Ainzón.






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