Recientemente, al hablar de las fiestas de Ainzón, comentamos la curiosa costumbre de ofrecer a trasnochadores y madrugadores un vaso de moscatel con “rápido”. Los lectores que no son de estas tierras ignoraban en qué consistía ese “rápido”. Por ese motivo Dª. Mabel Mayor se puso en contacto con nosotros para darnos a conocer el origen de este bizcocho (de un bizcocho se trata, aunque no es el de la foto) y la forma en que llegó a Ainzón.
Los abuelos maternos de Mabel fueron D.
José Tejero Chueca, nacido en Borja, siendo el pequeño de una gran familia
dedicada a la panadería, el cual contrajo matrimonio con Dª. Francisca
Lajusticia Sebastián, también de Borja, la pequeña de tres hermanos: Ángel que
se dedicó al trabajo de herrería, como su padre, con taller en la plaza de
Santa María y Elisa, religiosa de la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa
Ana, que fue enfermera en el noviciado de Zaragoza.
D. José Tejero se dedicaba a la puesta
en marcha de molinos y, poco después de casarse, marchó con su esposa en busca
de trabajo. Estuvieron residiendo en Bello (Teruel) con su primogénito Víctor y
en esa localidad turolense nacieron sus hijas Delfina y Elisa (madre de Mabel).
Cuando Elisa tenía pocos meses se
trasladaron a Peñarroya de Tastavins, donde se estaba construyendo un molino en
el centro de la localidad. La esposa del propietario era de Caspe y fue ella la
que enseñó a Francisca Lajusticia la receta del bizcocho.
La guerra civil marcó de manera
indeleble a la familia pues Víctor el mayor de los hermanos Tejero Lajusticia
fue asesinado cuando tenía 14 años y, poco después lo fue el cabeza de la
familia D. José Tejero, un gran católico (Esperamos conocer más detalles de
esta terrible historia que desconocíamos).
La viuda, con sus dos hijas, fue traída
a Borja por su hermano D. Ángel Lajusticia y se instaló en una casa propiedad
de la madre de D. Carlos Sánchez Peguero y aquí siguió elaborando el bizcocho
que se había convertido en un dulce habitual de la familia.
Más tarde, trasladó su residencia a Ainzón,
al haber obtenido trabajo en las oficinas de la empresa Mañas, y allí dio a
conocer su bizcocho que compartía con sus vecinas y llevaba a los enfermos.
Eran tantos los que elaboraba que sus amigas le preguntaban: “¿Cómo no te
cansas de hacer varios al día?” y ella respondía “Porque es rápido” y ahí nació
el apelativo con el que fue conocido: el “rápido”. Los llevaba también al noviciado
de las Anas, donde estaba su tía y, cuando los recibía, también comentaba “Ya
tenemos rápidos”.
Su receta original era: Ingredientes:
¼ de kilo de harina, 200 gramos de azúcar, 2 huevos, un vasito de aceite y 2
sobres dobles de gaseosa “El Tigre”. Elaboración: Se separan las claras
de los huevos, batiéndolas a punto de nieve y añadiéndoles casi todo el azúcar
(reservando un poco para espolvorear antes de hornear). Se incorporan las
claras batidas a la mezcla ya preparada de la harina, las yemas y los sobres de
gaseosa. Se coloca todo en un recipiente forrado con papel de horno untado con
aceite de oliva, espolvoreando el azúcar sobrante por encima y se hornea entre
25 y 40 minutos.
Algo diferente es la receta que dio a
conocer María Pilar Garde en la obra Cocina popular del valle del Huecha
que editó el Centro de Estudios Borjanos, pero manteniendo el nombre de “Rápido”
y asociándolo a Ainzón.
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