viernes, 16 de septiembre de 2022

La devoción a la Virgen de Guadalupe en tierras aragonesas

 

         En una reciente visita a Ainzón, pudimos ver que, en uno de sus retablos y tapando el antiguo sagrario, se ha colocado un cuadro con la imagen de la Virgen de Guadalupe, teniendo a sus lados las enseñas nacionales de España y de México. Debemos destacar que su posición es correcta (cosa que no siempre ocurre) dado que en la legislación en vigor, aprobada por las Cortes Generales, sobre el uso de la enseña nacional dice, en su artículo sexto que la bandera de España deberá ocupar el lugar preeminente, entendiendo como “lugar preeminente y de máximo honor”:

“Si el número de banderas que ondeen juntas es par, de las dos posiciones que ocupan el centro, la de la derecha de la presidencia si la hubiere o la izquierda del observador”.


         En Borja, se celebra todos los años con gran solemnidad la fiesta de “La Guadalupana” en el convento de Santa Clara y, con ese motivo, el lienzo con la imagen de la “Patrona de México y Emperatriz de las Américas” se sitúa en el presbiterio, rodeada de productos de aquella nación y las banderas de ambos países que, en el caso de la imagen, están colocadas en sentido invertido.

         Hubo un tiempo en el que misioneros españoles propagaron la Fe por el continente americano. Hoy son sacerdotes procedentes de allende de los mares quienes ejercen su ministerio en nuestras parroquias y, con ellos, traen la devoción a sus advocaciones marianas. Otro tanto ocurre en casos, como el de Borja, en el que la mayor parte de religiosas de la comunidad de franciscanas clarisas es de origen mexicano, aunque todas ellas tienen ya también la nacionalidad española, tras una larga y fecunda estancia en nuestra ciudad.



         En Borja, se celebra todos los años con gran solemnidad la fiesta de “La Guadalupana” en el convento de Santa Clara y, con ese motivo, el lienzo con la imagen de la “Patrona de México y Emperatriz de las Américas” se sitúa en el presbiterio, rodeada de productos de aquella nación y las banderas de ambos países que, en el caso de la imagen, están colocadas en sentido invertido.

         Hubo un tiempo en el que misioneros españoles propagaron la Fe por el continente americano. Hoy son sacerdotes procedentes de allende de los mares quienes ejercen su ministerio en nuestras parroquias y, con ellos, traen la devoción a sus advocaciones marianas. Otro tanto ocurre en casos, como el de Borja, en el que la mayor parte de religiosas de la comunidad de franciscanas clarisas es de origen mexicano, aunque todas ellas tienen ya también la nacionalidad española, tras una larga y fecunda estancia en nuestra ciudad.



         En otra visita a Calatayud, acompañando al Dr. Bernard Berthod, pudimos ver en la Basílica Colegiata del Santo Sepulcro este bonito retablo dedicado a la Virgen de Guadalupe. En aquellos momentos, no tuvimos la oportunidad de recabar datos precisos sobre el mismo, pero al escribir este artículo, hemos encontrado unas declaraciones del prior de la colegiata D. Javier Sanz que, posiblemente, hacen referencia al mismo.

         En ellas afirma que fue el primer lienzo con la representación de la Patrona de México que llegó a la península y lo trajo un canónigo del Santo Sepulcro D. José Cuber Liñán, que había sido inquisidor en Nueva España, lo que viene a demostrar que la devoción a esa Virgen en tierras aragonesas es muy anterior a la llegada de los nuevos evangelizadores procedentes de México.





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