Publicamos ya el recuadro que, sobre Gallur, aparecía en un ejemplar de la revista Vida Gráfica Española de 1929. Los había también de Magallón y de Borja, entre otras localidades aragonesas. Este es el correspondiente a Magallón que, en aquellos momentos, tenía 2.813 habitantes de hecho, cuando actualmente tiene 1.118 (2022), lo que significa que, en un siglo, ha perdido el 60 % de su población.
Llamativo es el texto del encarte en el
que se resalta la gran labor de la corporación municipal, como la de todas las
nombradas por la Dictadura (de Primo de Rivera, se sobreentiende), que con un ejemplar
cumplimiento de su deber habían conseguido, en poco tiempo, que Magallón fuera
completamente distinto en todo y por todo.
Los anunciantes eran Ramón Menor, con
su Destilería “La Ideal”, el Sindicato Agrícola Católico; la fábrica de chocolates
de Francisco Zaro; el comercio de tejidos de la Viuda de Victoriano Asteban
(sic); y la farmacia de D. Agustín Albesa Portolés. Esta última es la única que
tuvo continuidad en el tiempo.
A la figura de D. Ramón Menor Poblador
dedicamos un artículo en 2021, a raíz del cartel publicitario que descubrió
Pedro Domínguez Barrios, en el que quedaban patentes sus simpatías republicanas
que tantos problemas le ocasionaron tras la guerra. Había sido Juez Municipal
de Magallón, fundador de Izquierda Republicana y Presidente de la Junta
Directiva de Unión Republicana.
En cuanto al encarte de Borja, nada se
decía de la actuación del Ayuntamiento, quizás por pudor de quien en esos
momentos estaba al frente de la Alcaldía, D. Dionisio Pérez Viana. En cuanto a
los 5.200 habitantes que se mencionan eran los correspondientes al censo de
1910; cuando apareció la revista habían descendido a poco más de 5.000,
mientras que en la actualidad son 5.054 (2022).
Entre los anunciantes debemos resaltar al propio Alcalde y, más tarde, Diputado a Cortes por la CEDA D. Dionisio Pérez Viana. Curiosamente, también fue Alcalde D. Andrés Rubio, sucediendo al anterior durante 17 días del mes de marzo de 1930. Lucas Barcelona era el padre del presentador de TVE José Luis Barcelona y tenía su establecimiento en la calle Moncayo. En la plaza de la Constitución estaba la fábrica de aceite de Miguel Gracia, donde aún se levanta el edificio que sigue siendo, en parte, propiedad de la familia. También se conserva en pie la fábrica de harinas de Santiago Sánchez, reconvertida en viviendas, en la esquina de Ramón y Cajal con la N-122.
La fábrica de pastas para sopa de Fauquier
tuvo importancia y, sobre ella, habíamos publicado un anuncio con la fotografía
de sus empleadas a la puerta de la empresa, así como una etiqueta, junto con otra
(en rojo a la izquierda) que nos había sorprendido pues hacía referencia a otra
fábrica de fideos y pastas para sopa, a nombre de “Hijo de Andrés Rubio”, de la
que no teníamos referencias.
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