jueves, 16 de marzo de 2023

Obras en la Sagrada Familia

 

         El Presidente del Centro de Estudios Borjanos se desplazó el lunes a Barcelona, por motivos familiares, regresando el martes por la noche. A pesar de su corta estancia en esa ciudad, quiso visitar el estado en el que se encuentran las obras de la Sagrada Familia que, desde la última vez en las que las contempló, han experimentado avances considerables.



         Entre ellas destaca la culminación de la torre de la Virgen, rematada por una estrella luminosa y las de los cuatro Evangelistas, donde están siendo instalados los símbolos que los identifican: El ángel, el toro, el león y el águila. Mientras tanto, sigue avanzando a buen ritmo la torre de Jesucristo que, con sus más de 172 metros es la más alta de todas. 



         Este es el aspecto final que presentará el templo cuando finalicen las obras que, al parecer, se han retrasado hasta el 2030. Junto a las torres citadas hay otras doce dedicadas a los Apóstoles.



         Todo el monumento es rico en simbología, como nos recordaron nuestros acompañantes, al pasar bajo las fachadas exteriores de una de las sacristías (hay dos a ambos lados del ábside). También nos informaron sobre la forma en la que se realiza el montaje previo de los bloques que luego se instalan, como un gigantesco mecano, y de las dificultades para encontrar la piedra más adecuada, que llega de diferentes países, dado que la utilizada inicialmente por Gaudí hace tiempo que se acabó.

 


         Como puede verse, lo que parecía un sueño irrealizable terminará convirtiéndose en realidad. Cabe preguntarse, si el resultado final será el ideado por Gaudí o quienes se sucedieron en las obras, como Subirachs, autor de la fachada de la Pasión, a la que corresponden estas fotos.

 

         Lo que queda por resolver es el acceso principal al templo, centro de una polémica ciudadana que no se ha resuelto, dado que el proyecto implicaba la demolición de varios grupos de viviendas, para permitir la construcción de la escalinata que conduciría hasta esa portada.




         Pero, mientras tanto, superada la crisis impuesta por la pandemia, la Sagrada Familia es una máquina de fabricar dinero. Numerosas personas procedentes de los más diversos lugares llegan hasta ella y abonan la elevada cuota de entrada. Su entorno es un hervidero de gente que el martes disfrutaban de una soleada mañana.

 

         Lo que también vimos es la posibilidad de comer, prácticamente al lado, a un precio sumamente económico, a pesar de tratarse de una zona turística.



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