viernes, 31 de marzo de 2023

La leyenda de Carcasona que inspiró la de la vaca de Borja

 

         Nuestros lectores borjanos conocen bien la supuesta historia de la vaca que salvó a los habitantes de nuestra ciudad cuando, tras haber sido sitiados, se encontraban al límite de sus fuerzas. No hace mucho llegó a editarse un libro en el que se relata ese famoso episodio que carece de todo tipo de fundamento histórico.


         Cuando a los sitiados ya nos les quedaban alimentos, la única vaca de la que disponían se comió todo el trigo disponible y se arrojó por la muralla. Los sitiadores al descubrir que la vaca estaba alimentada con buena cantidad de ese cereal, creyeron que las reservas eran mucho mayores que las estimadas y levantaron el cerco.

         Fue Rafael García, en su peculiar “historia” de Borja quien incorporó este relato, presentándolo como muestra del ingenio y “heroísmo” de los habitantes de la ciudad, algo incomprensible, dado que el episodio se situaba en un momento de la dominación musulmana y el enfrentamiento había sido entre bandos de esa religión. Han sido varios los investigadores que han intentado aclarar la procedencia de esa leyenda y algunos de ellos se han decantado por una similar, aunque con diferente protagonista, de la ciudad de Carcasona. Por eso, aunque ya lo comentamos hace siete años, queremos volver a recodarla cuando nos encontramos en esa localidad.


Carcarsona (Carcassonne) es una bellísima ciudad francesa de la región del Languedoc-Rosellón, vinculada a la Corona de Aragón durante un corto período, cuya ciudadela fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997 y uno de sus símbolos es la llamada “Dame Carcas”.



            Según la leyenda, “Dame Carcas” era la esposa del rey Ballak, soberano de la ciudad, durante la ocupación musulmana. Sitiada por las tropas de Carlomagno, sufrió un terrible asedio en el transcurso del cual falleció el monarca, haciéndose cargo de la defensa la reina Carcas. Cuando la situación era insostenible, mandó reunir todos los alimentos que quedaban, comprobando que lo único que había era un cerdo y algo de trigo. Ideó entonces una estratagema consistente en dar el trigo al animal, arrojándolo después desde lo alto de la muralla, de manera que los sitiadores, al encontrarlo bien alimentado decidieron levantar el sitio al considerar que a los defensores les quedaban suficientes reservas como para alimentar con ese cereal a los animales.

 

            La leyenda continua con el relato de que, tras alejarse del lugar las tropas de Carlomagno, Carcas mandó tocar todas las campanas de la ciudad, de manera que, al escucharlas los miembros del séquito del emperador, dijeron: “Carcas sonne (Carcas suena)”, lo que dio origen al nombre de la ciudad. No termina ahí el relato, pues tras jurar fidelidad a Carlomagno, Carcas contrajo matrimonio con Roger, uno de los paladines del emperador, de cuya unión supuestamente descendería la familia Trencavel, señores de la ciudad y protectores de juglares y artistas que, en opinión de algunos autores crearon la leyenda para realzar el prestigio de sus señores.

 


            Al margen de las numerosas incongruencias del relato, como el hecho de aparecer un cerdo entre los habitantes musulmanes o que sonaran campanas, instrumento propio de las iglesias cristianas, la leyenda hizo fortuna y “Dame Carcas” es uno de los símbolos de la ciudad, contando con un monumento a las puertas de la ciudadela, tiene una calle dedicada a su memoria y hasta monedas acuñadas con su imagen que está presente también en muchos lugares.

 


            Hay diversas publicaciones que abordan la historia y su figura ha inspirado a numerosos artistas, especialmente en el género del comic, unas veces con apariencia musulmana y en otras, como hemos visto anteriormente, como una dama medieval o princesa de cuentos infantiles.

 


            La “Dame Carcas” cobra forma de muñeca (con un peculiar atuendo) o da nombre a un acreditado restaurante de la ciudad en donde el servicio de mesa lleva su imagen con el cerdo entre sus manos.

 

            La leyenda, en forma de cuento tradicional francés, es muy conocida también en la península ibérica, aunque en este caso el cerdo es sustituido por una vaca también cebada con trigo, mientras que la joven reina Carcas se convierte en “La astuta vieja de Carcasona”. De ahí que, en nuestra opinión, la historieta que relata Rafael García para justificar la inclusión de ese animal en el escudo de Borja guarde relación con Carcasona, tras ser transmutado el cerdo en vaca a su paso por los Pirineos.  Incluimos aquí una ilustración tomada del blog de Juan Carmona con los elementos de la leyenda recreada, la vieja y la vaca. No es la única de Carcasona, pues existe otra leyenda, la de “la doncella Carcayona”, magníficamente estudiada por la Dra.  Pino Valero Cuadra, y que fue objeto de su tesis doctoral, que trata sobre una princesa india, convertida al Islam y que, tras ser arrojada de la casa paterna y de múltiples peripecias, llega a Francia donde contrae matrimonio y venciendo nuevas dificultades, dará nombre a una nueva ciudad.



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