Las especiales circunstancias de este
año, derivadas de la restauración del claustro de Santa María, han obligado a
concentrar imágenes y pasos en el interior de San Bartolomé, retirando sus pasos,
por lo que fueron muy pocas personas las entraron en el templo, por lo que el
párroco tuvo que salir al exterior para bendecir los ramos de los que allí estaban.
Al finalizar, dio comienzo la procesión
que, como ya comentamos, discurrió en primer lugar por la calle de Belén.
Muchas personas portaban ramos de olivos, aunque no faltaron algunas palmas
trenzadas, como las que solían ser frecuentes antaño.
Abría el cortejo la Agrupación de
Cornetas, Tambores y Bombos de San Sebastián y la Verónica, acompañada por las
cofradías hermanas de Ainzón y Bulbuente, seguidas por la Cruz Parroquial.
Presidía la procesión el párroco D. José María Sánchez Becerril, rodeado por representantes de otras cofradías borjanas que, como es habitual en este día, iban sin capirote ni tercerol.
Como muestran estas imágenes, la
procesión recorrió la calle Mayor, la de Costa, plaza de España y calle Nueva,
para llegar a la colegiata por la plaza de Nuestra Señora de la Peana.
Allí tuvo lugar la celebración eucarística propia del día, con la lectura de la Pasión. Fueron muchas las personas que ocuparon los bancos de la nave y de las capillas laterales, aunque el claustro permanecía cerrado y, por lo tanto, no era posible acceder a los servicios allí existentes, cosa que algunos lamentaron.
Como curiosidad, Enrique Lacleta fotografió la imagen de nuestra Patrona, la Virgen de la Peana, en su camarín, llamándole la atención que ni ella ni el Niño llevaban las coronas habituales desde su coronación canónica.
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