La ermita de San Jorge de Borja es uno de los templos dedicados al Santo Patrón de Aragón que reviste mayor interés, dado su origen medieval. Suele afirmarse que son pocos los existentes en Aragón. Ayer, en Iglesia en Tarazona, el director del Archivo Diocesano de Zaragoza D. Juan Ramón Royo opinaba sobre la escasa popularidad de San Jorge, en comparación con otros Santos lo que pudo influir en que, en la diócesis de Zaragoza solo hubiera dos parroquias que lo tuvieran como titular. En cuanto a ermitas, decía que eran algunas más, no muchas, mencionando a las de Almonacid de la Cuba y Moyuela. Es posible que no conozca la de Borja y otras que existen en Aragón. Publicaremos pronto un inventario de todas ellas.
Mientras, queremos insistir en la
importancia arquitectónica que reviste la de Borja, que bien merecería algún
tipo de declaración monumental. Fue estudiada por Manuel Giménez Aperte y José
Carlos Escribano en un artículo publicado en Cuadernos de Estudios Borjanos (de
lectura obligatoria). Llamamos la atención sobre esos tres arcos apuntados que
se adivinan en esta última fotografía.
Pero, junto a su arquitectura, debemos
resaltar su emplazamiento con unas preciosas vistas de Borja. El entorno de la
ermita es un auténtico parque bastante bien cuidado. Vimos todas las vallas de
madera pintadas y reparadas. Las plantas con las que se dotó a determinadas
zonas han crecido y formado un tupido tapiz que comienza a florecer. Además, se
ha cuidado la limpieza y, por el momento, han desaparecido las pintadas.
Como novedad, este año pudimos
disfrutar de la contemplación del retablo, recientemente restaurado, tras algún
percance que ya comentamos. Se trata de una obra sencilla que procede del
antiguo convento de dominicos, habiendo perdido sus columnas, tras uno de los
robos perpetrados en la ermita.
En el exterior de la cabecera del
templo, les llamó la atención a las personas que allí se congregaron las
grietas que se advierten en el revoco del muro. Afortunadamente, el Sr. Alcalde
D. Eduardo Arilla nos comunicó que, en breve, van a dar comienzo las obras de
restauración de toda la ermita que requiere, asimismo, la reposición de
determinados elementos de la cubierta. Es una noticia muy importante que podría
servir de ocasión para la realización de catas en los muros dado que está
documentada la existencia de pinturas murales que fueron mandadas borrar por un
obispo en su visita pastoral. Es poco probable que queden restos
significativos, pero sería necesario comprobarlo. También habrá que aprovechar
la ocasión para borrar la horrible pintura negra con la que fue pintado el arco
apuntado de la entrada.
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