Revistas recibidas 434

 

         Transcurrida la Semana Santa en la que la información sobre los actos celebrados esos días han acaparado nuestra atención, debemos retomar las reseñas de las publicaciones que se han ido acumulando.

         Entre las revistas, se encuentra el nº 545-546 de Norte, editada por el Frente de Afirmación Hispanista de México que incluye entre sus contenidos un artículo de su Presidente Fredo Arias de la Canal sobre “La verdadera historia de la conquista de Hispania por los árabes”. Vicenç Beltrán escribe sobre la génesis del romancero entre Castilla y Portugal.

         Los 500 años de la caída de Tenochtitlan es recordada con las palabras que Hernán Cortés dirigió a su ejército hispano-tlascalteca y con un artículo que, en su momento, publicó José Vasconcelos sobre el “medio milenio de la fundación de la Nueva España”.

         La argentina María Zunilda Costábile es la autora del “Canto a la Hispanidad” un bello poema en el que afirma: “España, yo te canto/ las bellezas y riquezas/ de mi tierra argentina/ porque a ti te las debo”. Admirable es que recuerde “Si hasta esta fe cristiana tan profunda,/tan carne de tu carne,/tan alma de tu alma,/también nos la legaste, cual tesoro de Amor”, cuando algún otro argentino más ignaro olvide el significado de la presencia de España en América para la propagación de la fe cristiana. Se incluye también el discurso que Fredo Arias de la Canal pronunció en 2002, con ocasión de la entrega del Premio “José Vasconcelos” a Carilda Oliver Labra.

Pero, una parte importante de la revista está dedicada a honrar la memoria de D. Francisco Henríquez Domínguez (1928-2022), el gran poeta nacido en Matanzas (Cuba), pero oriundo de Telde, localidad canaria con la que siempre se sintió especialmente unido.  Junto con los textos en prosa de Maximiano Trapero, Clotilde María Soriani y Jesús Ruiz Mesa, un elevado número de poetas le ofrecen sus composiciones. Son más de 75 las poesías intercaladas con otros textos, todos los cuales culminan con un soneto del propio Henríquez, dedicado a la muerte que finaliza con estos dos versos:

         ¡No todos han gozado de la suerte

         de vivir una muerte a toda vista!

         A él le llegó el 17 de enero de este año, en Miami donde residía actualmente, tras su estancia en Nueva York, cuando llegó a los Estados Unidos en 1962. En la ciudad de los rascacielos y luego en Florida ejerció como notario hasta su jubilación, compaginando esa actividad con la creación literaria.