Existía cierta inquietud por saber, si tras dos años de pandemia con el extraño cierre de los templos y el “alejamiento” subsiguiente de muchos fieles, podrían retornar a la normalidad los actos de la Semana Santa. De hecho, se habían celebrado reuniones para estudiar la situación y recabar la colaboración de todos para que los desfiles procesionales pudieran llevarse a cabo en su integridad. Estos temores no sólo se produjeron en Borja, sino también en otras ciudades, como destacó la prensa regional, pero todo se disipó cuando la cofradía de San Juan Evangelista atravesaba la puerta del claustro de Santa María, para dar comienzo a la procesión de los Pasos en la tarde del Jueves Santo.
Es cierto que los actos del Miércoles
Santo ya habían servido para constatar que, al menos, las cofradías más
numerosas continuaban manifestando su entusiasmo con una amplia participación.
Pero, la procesión del Jueves Santo constituía, en cierto modo, un reto para
otras cofradías que pudieron afrontarlo con sacrificios personales, en algunos
casos.
En Santa María estuvo D. Antonio de
Pedro fotografiando la salida de los cinco pasos, para completar el reportaje
que nosotros estábamos realizando en la calle de San Francisco, con el propósito
de ofrecer perspectivas diferentes de este desfile procesional que es el más
antiguo de los que han subsistido en nuestra Semana Santa.
La verdad es que la calle y el arco de
San Francisco constituyen un marco muy adecuado para destacar la belleza de los
elementos que integran el cortejo, sobre todo a su paso por la fachada recién restaurada
del antiguo palacio de los Lázaro, hoy de Ojeda.
Este año ha vuelto a participar en la
procesión el antiguo paso de la Oración en el Huerto que, en 1948, fue
reemplazado por el nuevo, realizado en Olot. Pero, en 2019, el antiguo paso,
que se había conservado en una capilla del claustro de la colegiata, fue
recuperado con ocasión del tercer centenario de que se hiciera cargo del mismo
la cofradía de Cristo Nuestro Señor en el Huerto y de las Almas del Purgatorio,
creada expresamente con ese fin.
La cofradía de San José es la encargada de llevar el paso de
la Flagelación, el segundo de los Misterios Dolorosos del Santo Rosario, y ese Cristo
sufriente y el Santo Patriarca titular de la cofradía habrán agradecido todo lo
que han hecho para participar en la procesión.
La cofradía del Carmen lleva el paso de
la Coronación de Espinas, recientemente restaurado, y, como puede apreciarse en
las imágenes supo reunir a un buen número de cofrades con sus capas blancas y hábitos
marrones.
El paso de Jesús con la Cruz a cuestas, camino del Calvario, Cuarto Misterio Doloroso, lo lleva la cofradía de San Antón, en la que se integró en su momento la cofradía de la Sangre de Cristo que también existió en nuestra ciudad y a la que hemos recordado estos días con motivo de un luctuoso suceso.
El Quinto Misterio, la Crucifixión del Señor,
que lleva la cofradía de las Almas se reincorpora a la procesión tras haberse
acercado a la iglesia de Santa Clara, junto con los representantes de las
cofradías que efectúan la visita al Santísimo.
Atención a la luna que brillaba junto
al convento, dado que es ella la que marca la celebración de la Pascua, ya que el Domingo de Resurrección es el siguiente a la primera luna llena de la
primavera. Este año, la primavera comenzó el día 20 de marzo, dos días después
de un plenilunio, por lo que hasta hoy sábado 16 de abril no se ha presentado la
primera luna llena de la primavera y, por lo tanto, mañana es el primer domingo
después de la primera luna llena primaveral. En la foto del jueves, la luna ya
estaba casi completa.
Cierra la procesión la Agrupación de Cornetas,
Tambores y Bombos de San Sebastián y la Verónica, mientras que, como hemos
dicho, la encabezaba la de San Juan Evangelista, ambas muy nutridas.
Es de resaltar la actuación de la Policía
Local que, en todo momento, contribuyó a que el desfile procesional transcurriera
con fluidez y normalidad.
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