Estos días en los que hemos estado presentes en las calles para presenciar las procesiones, hemos visto también el deterioro en el que se encuentran muchas de las señales de tráfico, como consecuencia de las acciones vandálicas provocadas por quienes realizan pintadas sobre ellas o colocan pegatinas que son difíciles de retirar.
En el caso de las pegatinas hubo épocas
en los autores de dañar las señales eran los Quintos de cada año, pero también perpetraron
estas acciones personas que creían defender el Patrimonio. La consecuencia de todo
ello es que, aunque el tiempo, elimine parte de la señal, lo que tarda mucho
como lo demuestra esa pegatina de “Quintos 99”, suele quedar la base fuertemente
adherida.
Este problema no es exclusivo de
nuestra ciudad, sino que está presente en muchos lugares. Por ello, se han introducido
modificaciones en el Reglamento General de Circulación (art. 142) y en el
Código Penal para endurecer las sanciones. Pero, el procedimiento más común al
que suelen recurrir los Ayuntamientos es a tipificar estas conductas en sus
Ordenanzas, de manera que la Policía Local pueda imponer las sanciones
correspondientes.
Pero, al margen de las actuaciones
vandálicas son muchas las señales que, además, muestran el paso del tiempo
sobre ellas o las alteraciones provocadas por otras causas como colisiones.
Colores
desvaídos o un emplazamiento deficiente provocan que, en determinados casos,
las señales no cumplan su cometido. No faltan casos en el que el incumplimiento
de lo ordenado se ha convertido en una práctica habitual y pueden verse
vehículos estacionados bajo una señal que lo prohíbe, por lo que o se impide o
se retira la señal.
Todo esto no es una cuestión baladí, dado
que repercute en la visión que los visitantes pueden percibir de la ciudad, al
igual que el estado de la señalización horizontal o la limpieza de determinados
lugares. Habría que efectuar, por lo tanto, una revisión general de todas las
señales de tráfico, limpiándolas o sustituyéndolas cuando fuera necesario,
aunque para ello se recurriera al reciclado de señales anteriores, como es el
caso de la que aparece en la foto donde la frase “Excepto vehículos autorizados”
se ha pintado sobre el troquelado anterior que decía “Salida Ambulancias”, un
caso admirable de ahorro de los recursos públicos.
Pero, junto al estado de las señales de
tráfico, queremos llamar la atención sobre las placas de los vados permanentes
que, al solicitarlas, son entregadas para colocarlas junto a la puerta del garaje.
No sabemos qué empresa se encargó de su fabricación, pero por la acción del sol
y de los elementos, se encuentran todas en un lamentable estado, especialmente
en cuanto al color del disco central, en el que el azul ha desaparecido y el
rojo está atenuado. Curiosamente el amarillo parece haberse mantenido. Quizás
sería aconsejable proceder a su reemplazo pues, asimismo, transmiten una sensación
de abandono, de igual forma que habría que comprobar si todas las instaladas siguen
abonando la tasa correspondiente.
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