El cementerio municipal de la Purísima Concepción de Melilla, aunque no es, en sentido estricto, un cementerio militar, posiblemente es el que mayor número de restos de militares españoles reposan en él, dado que son más de 12.000, casi todos muertos en las campañas de Marruecos. Pero, no es a ellos a los que hoy queremos dedicar nuestra atención, sino a los nueve aviadores británicos de la tripulación del aparato de la RAF, Consolidated PBY-5A Catalina JX-258, perteneciente al 202 Escuadrón con base en Gibraltar, que se estrelló en el Cabo de Tres Forcas.
Se trataba de un hidroavión, diseñado
en los Estados Unidos, durante los años 30 del pasado siglo, que alcanzó un
notable éxito por sus prestaciones y, durante la II Guerra Mundial prestó
servicio en varios países, entre ellos en la RAF. El modelo PBY-5A al que
correspondía el avión siniestrado comenzó a fabricarse en octubre de 1941 y
disponía de un tren de aterrizaje retráctil y, como en los otros modelos,
soportes subalares. Se mejoró sensiblemente el blindaje y la disposición de las
ametralladoras con las que iba armado.
El escuadrón n.º 202 fue una unidad de hidroaviones que
sirvió en el Mediterráneo desde 1929 hasta septiembre de 1944, cuando se
trasladó a Irlanda del Norte para realizar patrullas costeras. Inicialmente
tuvo su base en Malta, pero al inicio de la II Guerra Mundial fue trasladado a
Gibraltar, con misiones de patrulla marítima y de vigilancia de los barcos
alemanes internados en España, aunque también operó contra los submarinos alemanes
y colaboró en la invasión aliada del Norte de África.
El Consolidated PBY5A Catalina JX258, perteneciente a
ese escuadrón había salido el 15 de junio de 1944 a realizar una operación
rutinaria de patrulla, cuando por causas desconocidas se estrelló en el cabo
Tres Forcas.
Al amanecer, fueron los habitantes de la zona quienes dieron
aviso a los miembros del 27 Grupo de Caza español que tenía su base en
Tauima/Nador. Inmediatamente se trasladaron al lugar del siniestro varios
oficiales con algunos soldados, comprobando que todos los miembros de la
tripulación habían muerto y el aparato se encontraba en llamas, con su munición
explotando. Fue avisado el gobernador de Gibraltar que se trasladó hasta allí y
dispuso que los fallecidos fueran enterrados en el cementerio de Melilla.
Hemos encontrado una fotografía del sepelio que fue costeado
por el Ejército del Aire español, que rindió honores a los aviadores muertos,
cuyos restos fueron conducidos en carrozas tiradas por caballos y con grandes
coronas de flores.
Posiblemente, por el estado en el que
se encontraban los restos, fueron enterrados todos en una única tumba, sobre la
que se colocó una lápida con sus nombres, las circunstancias de su muerte y la
dedicatoria “El Ejército del Aire de Melilla a los soldados que mueren por su
Patria”. En inglés se hizo constar, la frase habitual en muchas tumbas
británicas: “Desde la salida del sol hasta el ocaso, os recordaremos”.
Los nueve fallecidos, de los que sólo
hemos encontrado la fotografía de uno de ellos fueron:
El teniente Douglas Boyle , que era uno
de los pilotos. Tenía 32 años y era hijo del Rvdo. James Boyle y de Edith Lena
Catherine Boyle. Alistado como
voluntario en la RAF (Reserva), estaba casado con Lola Boyle.
El segundo piloto era el oficial de vuelo Harry Roy Keen, de
tan solo 19 años. Había nacido en Cowley, Oxford, era hijo de Harry Leslie Keen
y de Daisy Keen. Como la mayor parte de la tripulación se había alistado como
voluntario en la reserva de la RAF. El sargento Edward George McNeal era el
ingeniero de vuelo, del que no constan otros datos.
Como operador de radio iba embarcado el sargento Robert
Villiam Pole, natural de Taunton, Somerset, de 23 años de edad e hijo de Frank
Pole y Mabel Emma Pole. Estaba casado con Monica Joan Pole (nacida Luckock).
Otro operador de radio era el sargento Samuel Lester Squire,
de 23 años de edad. Nacido en West Appledore, Devon, era hijo de Samuel Lester
Squire y de Elsie Squire. Estaba casado con Annie Louise Squire. También con
ese cometido y el de artillero, como los otros operadores, figuraba el sargento
Ronald Vivian Allen, del que no constan otros datos.
Exclusivamente con el cometido de artillero iba embarcado el
sargento Charles Ernest Lang, de 25 años, natural Walthamstow, Essex. Era hijo
de John Ernest y Louise Lang. Estaba casado con Florence Lang. Otro artillero
era el sargento William James McDonald, de 25 años, natural de Poole,
Dorsetshire. Estaba casado con Nancy Edna McDonald.
Finalmente, como responsable del
armamento se encontraba el oficial de vuelo Robert William Clark-Hall, de 23
años de edad, nacido en Christchurch, Canterbury (Nueva Zelanda) y
perteneciente a la Royal New Zeeland Air Force. Era hijo del mariscal del Aire
Sir Robert Clark-Hall y de Lady Clark Hall y es el único del que hemos
encontrado su imagen.
Su padre, Sir Robert Clark-Hall
(1883-1964), fue un destacado militar que había servido en la guerra de los
boxers y en la I Guerra Mundial, en la que sirvió en la Royal Navy, mandando el
primer portaviones HMS Ark Royal, en Gallipoli. Al estallar la II Guerra
Mundial estaba retirado, pero se presentó como voluntario y desempeñó
importantes cometidos hasta el fin del conflicto. Era caballero comendador de
la Orden del Imperio Británico, compañero de la Orden de San Miguel y San
Jorge, y caballero de la Legión de Honor. Estaba en posesión de numerosas
condecoraciones, entre ellas la Orden de Servicio Distinguido (DSO).
En cuanto a la tumba de Melilla, de su
cuidado se encargaba el consulado británico en la ciudad, hasta su
desaparición. Ahora lo hace la Commonwealth War Graves Commission, cuyos
responsables la visitan periódicamente.
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