lunes, 19 de junio de 2023

Imágenes de las novilladas de 1930 en Borja

 

         D. Mario Maganto, incansable buscador de noticias de nuestra zona en antiguas publicaciones, nos ha remitido ahora una página de la revista Mundo Gráfico, de 15 de octubre de 1930, en la que aparecen imágenes de diversos espectáculos taurinos celebrados en Zuera, Sevilla, Valencia y Borja. En este último caso, son cuatro las fotografías que inserta, con la firma “Martínez” que, sin embargo, no nos eran desconocidas.


         Las mismas fotos, junto con otras del desarrollo de los festejos, habían aparecido en Heraldo de Aragón, aunque firmadas por “Cuarte”.  Fue D. Juan María de Ojeda Castellot quien localizó, hace cinco años, este ejemplar del Heraldo, que tuvo para nosotros un interés muy especial porque, a través de él, pudimos identificar a los diestros que habían toreado ese año, cosa que ignoramos cuando en Cuadernos de Estudios Borjanos LII (2009) dimos a conocer los nombres de todos los matadores que habían toreado en Borja, salvo en el caso de ese año de 1930.

        Desde 1923, Borja disponía de una plaza estable, construida por iniciativa privada que estaba ubicada en el solar donde, más tarde, se construyó el Grupo Escolar. Tuvo una vida efímera y su primera etapa se interrumpió en 1925. Fue en 1930 cuando las corridas se reanudaron, siendo Alcalde D. Juan Antonio Alzola, con dos novilladas en las que, gracias a la crónica antes citada, pudimos saber que habían toreado los novilleros aragoneses José Royo Turón “Lagartito II”; Ángel Lahoz “Jardinerito” y Manuel Compes “Manolé”.

 

         José Royo Turón “Lagartito II” había nacido en Belchite en 1906. Era hermano de Francisco Royo, “Lagartito”, dotado de mayores facultades que José, lo que le permitió tomar la alternativa en 1926. “Lagartito II” debutó en Maella en 1925 y poco después se presentó en Zaragoza. Ya con picadores actuó en varias plazas, entre ellas la de Madrid, el 16 de marzo de 1930, donde resultó cogido. A raíz de ello, anunció su retirada, aunque retorno sin éxito a los ruedos en 1931. Sin embargo, el hecho de que estuviera presente en Borja en diciembre de 1930, viene a contradecir esa supuesta retirada de la que hablaba el marqués de la Cadena (Don Indalecio), autor al que recurrimos para conocer todos estos datos.


         Manuel Compes “Manolé” nació en el Arrabal zaragozano en 1905, debutando como novillero en 1926. Su carrera fue brillante, cosechando triunfos resonantes, destacando también por sus cualidades a la hora de matar. En Borja resultó cogido esa tarde, aunque no debió ser muy grave el percance, dado que continuó actuando en otras plazas. Sin embargo, su carrera se truncó al año siguiente, como consecuencia de una enfermedad que le ocasionó la muerte el 6 de agosto de 1931, dejando un buen recuerdo, tanto como torero como por la modestia y bondad que le caracterizaron.

 

         Ángel Lahoz “Jardinerito” nació en Zaragoza el 5 de octubre de 1910. Debutó en el coso de la Misericordia el 12 de julio de 1928. Era un novillero valiente que arriesgaba mucho, sufriendo frecuentes contusiones y heridas no siempre ocasionadas por las reses, dado que también fue atropellado por un coche en la capital aragonesa. A Borja llegó cuando su estrella comenzaba a declinar y repitió en nuestra plaza en 1931. Esta segunda actuación tuvo lugar, tras su presentación en Madrid el 17 de septiembre de ese año. La buena impresión que causó hizo posible que volviera a torear allí el día 27, por lo que “Don Indalecio” le auguraba que la temporada de 1932 podía ser la de su consagración. Pero su trayectoria profesional también se truncó a causa de una enfermedad que venía arrastrando y falleció el 29 de noviembre de 1934, víctima de la tuberculosis, cuando acababa de cumplir los 24 años.

 

         Las dos novilladas, tuvieron como “Presidentas de Honor” a unas “bellas jóvenes”, como entonces se decía, ataviadas con mantilla o sombrero cordobés. Estas fueron las de la primera novillada, aunque debemos señalar que no conocemos el cartel de ambos espectáculos y, aunque fueron dos mano a mano, no sabemos si hubo un cuarto diestro, lo que no parece probable, por lo que uno de ellos debió actuar las dos tardes.

 

         En Mundo Gráfico se especifica que estas otras señoritas fueran las presidentas de la segunda novillada, las tres con mantilla que, como las anteriores, unas eran “españolas” y otras con madroños o “goyescas”.

 

         Las mantillas eran el atuendo propio de las “Presidentas”, pues otras jóvenes captadas por el fotógrafo en las barreras, no las llevan, aunque apoyan sus brazos en lo que parecen ser los capotes de paseo de los novilleros.

         Cuando publicamos, por vez primera, las fotos, nos decía Juan María que algunas de esas jóvenes eran fácilmente identificables, pero hemos olvidado los nombres de las que nos indicó. Es posible que ahora podamos recordarlas.



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