martes, 27 de junio de 2023

Sorpresa en Alberite

 

         Fuimos a Alberite de San Juan a asistir a la inauguración de la exposición de una de las grandes artistas aragonesas, Julia Dorado, lo que ya constituía un extraordinario aliciente. Habíamos anunciado que el acto tenía, como complemento, la presentación del último poemario de Celia Carrasco Gil, una poetisa que no conocíamos (pedimos perdón por nuestra ignorancia). Nos la presentó, nada más llegar, Miguel Ángel Domínguez y su hija Marta, la directora de ese Espacio Cultural Huecha, que no nos cansaremos de loar.

         No sabemos lo que tienen los genios que, su sola presencia, irradia una magia que inunda su entorno y alcanza el interior de quienes están preparados para dejarse arrastrar por su influjo. Sin duda, ese es el caso de esta joven escritora de la que, sin conocer su obra, quedamos profundamente impresionados.


         Es cierto que el caso de Celia es excepciona. Nacida en Tudela en 2000 y, por lo tanto, casi paisana nuestra, cursó el Bachillerato en el IES “Benjamín de Tudela”, obteniendo el Premio Extraordinario en 2018. Extraordinario también, como profesor, fue su padre que tanto influyó, junto con su madre, en su vocación literaria y a quien tiene siempre presente.

         De su precocidad como escritora constituye una buena muestra el que, antes de finalizar el Bachillerato obtuvo el Primer Premio de Relato Corto en castellano, convocado por el Ayuntamiento de Castellón.

 

         Cursó el grado de Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza, donde fue alumna de otro gran poeta, el Prof. D. Alfredo Saldaña, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, que tanto ha influido, junto con otros autores, en su trayectoria poética y es quien ha prologado el poemario que se presentaba en Alberite de San Juan.

         Pero, hasta llegar a este momento, Celia había dado sobradas muestras de su precocidad como poetisa (o poeta como se definieron en Alberite a largo de la tarde). Pero la precocidad es una mera cuestión cronológica que puede no decirnos nada salvo que, como este caso, vaya acompañada de un talento extraordinario.

 

         Corresponde a Trinidad Ruiz Marcellán el mérito de haberlo descubierto, como relató en el acto que estuvo presentado por Marta Domínguez, quien justificó la razón de la presencia en el mismo de Celia Carrasco.

Prácticamente, acababa de comenzar su carrera cuando, con apenas 19 años, Celia se puso en contacto con la Asociación Cultural Olifante, para presentarles un poemario que llevaba por título Entre temporal y frente.

Trinidad que es una experta en estas lides se percató inmediatamente del valor de lo que había llegado a sus manos y, ella misma ha recordado “el momento en el que pude bucear en su poemario y reconozco que me invadió tal enorme sentimiento de adicción literaria que no pude parar de leer aquel maravilloso borrador que había recibido”.



          La madurez que demostraba en el uso del lenguaje; la sensualidad y la belleza palpable y visible en cada verso; esa musicalidad con la que te envolvía y embelesaba en un mundo de dolor, esperanza, luz; evolucionando con su crecimiento vital, pero dejando la puerta abierta a no perder contacto con el pasado, la infancia y los orígenes de la experiencia, fueron determinantes a la hora de dar a luz el libro en su colección “Papeles de Trasmoz”, consciente de que, “ definitivamente, estaba ante algo y alguien de otra naturaleza”.

         Que Trinidad no se equivocaba (cosa por otra parte difícil) vino a demostrarlo que, poco después que el libro, ese “sueño hecho papel”, quedara finalista del Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández 2021.

 


         Fue el primer galardón, pero no iba a ser el último pues, al año siguiente, Selvación obtuvo el XXII Premio de Poesía Joven Gloria Fuertes) y, en 2002, publicó Limos del cielo, una recopilación de sus poemas escritos desde 2016.

 

         Al finalizar el grado, Celia marchó a Salamanca para cursar, en su universidad, el Máster en Literatura Española e Hispanoamericana, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Su estancia en esa hermosa ciudad fue determinante a la hora de inspirar esa nueva obra que presentaba con el título de Rupestre.

 


         Editada de nuevo por Olifante y prologada por Alfredo Saldaña, con un texto de María Ángeles Pérez López, otra extraordinaria poetisa que ha sido su profesora en la Universidad de Salamanca, Rupestre es una obra de madurez, si ese calificativo puede aplicarse al trabajo de una joven de 23 años (no sabemos si los ha cumplido o está próximo a ello).

 


         La tarde se hizo Poesía en Alberite, escuchando a Celia relatar el sentido de sus versos, tan bien descritos por la Profª. Pérez López y por el Prof. Saldaña que destaca la penetrante conciencia expresiva de Celia, de la que afirma que “halla su luz más honda en el formidable océano del lenguaje”.

 


         Pero, el momento culminante fue, cuando ya declinaba el sol y pudimos disfrutar de sus versos, en la voz de Marta, de Trinidad y de la propia Celia que cerró su intervención con ese “Cántico es(pi)ritual”, en el que se acerca a San Juan de la Cruz, con un maravilloso diálogo entre el Alma y el Verbo, haciendo uso incluso de su métrica. Una maravilla.



         Miguel Ángel Domínguez le hizo entrega de bellísimo regalo. Un libro escrito con su hermosa caligrafía en el que sus poemas son ilustrados con una selección de su obra gráfica. Y lo firmaron ambos autores.

 

         Celia marcha ahora a Canadá, para trabajar en su tesis doctoral que, también versa sobre Poesía. Se le preguntó si ello iba a representar una interrupción en su producción literaria. No lo creemos, porque en aquel país encontrará, sin duda, múltiples fuentes de inspiración.

         A nosotros nos quedan los libros que amablemente nos dedicó y cuya lectura recomendamos a todos los que nos siguen, así como aquellos poemas suyos que han sido ya recogidos en varias antologías: como Todos los dioses. Antología panhispánica de poetas jóvenes del siglo XXI y Apostasía de la palabra. Deconstrucciones de las artes visuales y escritas en el siglo XXI.

         El que su poema “Granada” tenga una versión en minicómic del ilustrador aragonés Josema Carrasco o que textos suyos hayan sido musicalizados por el compositor catalán Pere Soto en la obra Lunática Chispa de Lianas, y por el músico navarro Miguel Tantos Sevillano. en el espectáculo de jazz y poesía Lenguajes, son otras muestras de que nos encontramos ante una autora llamada a ocupar un lugar muy destacado en la Literatura española del siglo XXI. Estamos seguros de ello. 

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