Guillermo Carranza ha visitado en días pasados la ciudad de Toro, localidad con la que se encuentra hermanada la villa de Magallón, porque desde esta última partieron, a finales del siglo XV, un grupo de personas enviadas por el rey Fernando el Católico a repoblar Toro, que había sufrido las consecuencias de la guerra civil que enfrentó a los partidarios de la infanta Isabel (futura Reina Católica) con los de la hija de Enrique IV.
Como expresión de ese hermanamiento, se
celebraron en ambas localidades una serie de actos, de los que quedó como
testimonio el monumento que se alza en Magallón, teniendo como motivo un gran
tonel y los jardines que en Toro le fueron dedicados, junto al castillo,
presididos por un monolito, en cuya placa figuran los escudos de ambos
municipios, la copla “Pulida Magallonera” y la dedicatoria de “El Ayuntamiento
de Toro a la villa de Magallón en honor a los lazos de hermandad que unen a la
villa magallonera y la ciudad toresana”, y la fecha de 10 de noviembre de 2016,
en la que tuvo lugar la inauguración.
En el monolito fue colocada una
reproducción del monumento a la mujer de Magallón que Marta Soto concibió para
la plaza de la Constitución de esa localidad. En la primera de estas imágenes
en la que, junto al monumento, posan los alcaldes de Toro y Magallón, puede
constatarse el reducido tamaño de la figurilla.
Ello, sin duda, contribuyó a su vandalización,
pues la figura fue arrancada y sólo quedo el pequeño plinto sobre el que se
apoyaba con los pies. Al parecer, pudo ser recuperada y volvió a ser colocada
en el mismo lugar.
En esta otra imagen se puede verla
sobre un plinto de tamaño considerablemente mayor que el anterior, que tuvo que
ser el que se colocó tras su restauración.
Pero, cuando, Guillermo ha fotografiado
ahora el monumento, la escultura no estaba y, en el plinto no quedaban señales
de sus pies, como había ocurrido en el caso anterior. Además, los escudos de
Toro y Magallón estaban ocultos por unas pegatinas que tuvo que arrancar para
fotografiarlos. Como puede constatarse, los vándalos proliferan en todas
partes.
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