María Ángeles Domeque nos preguntaba ayer, a través de Facebook, cuál era el estanque del Campo, sobre el que habíamos mostrado imágenes de las ranas que allí había encontrado Enrique Lacleta. A ese estanque, de gran importancia para nuestra ciudad, hemos dedicado varios artículos. En él se recogen las aguas con las que se riega el término del Campo.
Desde que se utilizó la denominación de
“Campo de Borja” para nuestra comarca, ha habido cierta confusión, dado que la
misma sólo hacía referencia originalmente a un término borjano. En concreto
aquel en el que se concentraba el mayor número de olivares.
Las aguas del estanque proceden del
manantial de la Fannueva en el término municipal de Bulbuente, en la margen izquierda
del río Huecha e, inmediatamente, cruzan el cauce del río, por medio de una
obra sumamente interesante.
Es un túnel subterráneo de gran belleza,
con bóveda de canto rodado. A mitad de su recorrido se abre para servir como
abrevadero. Allí toma sus aguas Bulbuente para el abastecimiento urbano y recibe
las aguas provenientes del barranco de Valdecayos (cuando las hay).
Después, en el lugar conocido como el
“juntadero” se le incorporan las aguas procedentes de la acequia de Morana, de
conformidad con antiguas concordias que regulan el uso de las mismas.
Tenemos, por lo tanto, las aguas llamadas de “fuente” que son
las que nacen en la Fannueva, cuyo uso se distribuye entre Borja y Bulbuente
por “adores”. Por otro lado, están estas aguas de Morana, de las que disfruta
Borja en los llamados “días de zafra”, que son cinco en los meses de enero,
febrero, abril, mayo, junio, septiembre, octubre y noviembre; 8 en marzo y
agosto; y 10 en diciembre. En esos 66 días se habla de “fuente y zafra”. Como
puede verse el sistema de riegos entraña cierta complejidad, fruto de su
dilatada historia.
A todo ello hay que unir las
tradiciones vinculadas a su uso, como el de la “venta del agua” que tenía lugar
todos los días de verano a la puerta de la Casa Consistorial. Lo que allí se
vendía eran precisamente las aguas recogidas en el estanque del Campo, de sol a
sol. Lamentablemente, la tradición fue eliminada, como consecuencia de una
decisión equivocada que hizo perder a Borja un elemento importante de su
Patrimonio Cultural Inmaterial, equivalente, con otros ligados al Sindicato de
Riegos, a los de otras regiones, como la valenciana.
El estanque data de tiempo inmemorial
y, junto a él, hubo un tejar, el “tejar del Campo” del que, hasta hace no
mucho, aún quedaban restos. En 1988 fue ampliado e impermeabilizado, dotándolo
de red metálica en todo su perímetro, algo molesto pero obligatorio para todo
estanque, de lo que se libró la Estanca, casi milagrosamente. Del estanque salen
las tres acequias “madres”: la Alta, la Media y la Baja que riegan todo ese
término.
Para llegar al estanque, que es lo que
le interesaba a nuestra lectora, hay dos caminos. Uno de ellos es el que cruza
el Huecha a la altura de Maleján, siguiendo por la torre Herrando y, a la
derecha, por el llamado camino del Huecha, hasta la Cuatro Esquinas, donde se
toma a la derecha el camino del Campo hasta el cruce con el del Tejar y, por la
izquierda se llega al estanque. Más directo, es ese camino de Tejar que sale,
encima de Maleján, cruzando el Huecha, por el vado de Rivas. Puede parecer
complicado, pero no lo es, aunque está a una cierta distancia. Se puede llegar
en coche, con cuidado si se trata de un turismo.
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