sábado, 10 de junio de 2023

Aprendiendo a volar

 

         Casualmente, pudimos asistir a las “clases” impartidas por sus padres a los cigoñinos nacidos en el nido de la torre del reloj de Santa María, el de siempre, porque el nuevo quedó sin terminar.

         Es una lástima que no estuviera presente Enrique Lacleta, dado que fue un espectáculo fascinante que se prolongó durante un cierto tiempo y del que las fotografías que ofrecemos no muestran la belleza del mismo.


         Todo empezó cuando los dos cigoñinos se colocaron en la cornisa del cuerpo superior de la torre, al otro lado del nido.


         Inmediatamente, las cigüeñas macho y hembra comenzaron a volar en círculo en torno a la torre, llegando en ocasiones a descender bastante, como si fuera una invitación a las crías para que les imitaran.

 

         Mientras continuaban esos vuelos, vimos a uno de los cigoñinos aletear, aunque sin arriesgarse a emprender su primer vuelo, mientras que el otro parecía más tímido. Durante el tiempo que permanecimos allí no los vimos volar, pero al día siguiente ya no estaban ni en el nido ni en la cornisa, por lo que hemos deducido que, al final, la “clase” surtió el efecto esperado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario