En el cementerio de Zahara de los Atunes existe una tumba en la que está enterrado un marinero que inexplicablemente dio lugar a una sorprendente equivocación, por parte de un conocido periodista especializado en Ufología y extraños acontecimientos.
En su blog personal dio noticia del
“descubrimiento” en este cementerio de Zahara de la tumba de aquel “hombre que
nunca existió” del que dimos noticia en uno de los artículos de esta serie.
Pero el protagonista de aquel episodio urdido por el espionaje británico fue el
supuesto major William Martin, que está enterrado en el cementerio católico de
Huelva.
El que reposa en Zahara es el Marinero
de 1ª Joseph Collins que había nacido el 3 de marzo de 1918 en Walthamstow,
Londres. Era hijo de Daniel y Julia Collins y estaba casado con Ellen Margaret
Collins, de Milnsbridge. Residían en Huddersfield, West Yorkshire (Inglaterra)
y, cuando acaeció la catástrofe en la que perdió la vida, su mujer estaba
embarazada de su primer hijo.
Alistado en la Royal Navy, fue uno de
los supervivientes del HMS Camito, hundido por un submarino alemán el 6
de mayo de 1941. Se trataba de un buque mercante que había sido construido en
Glasgow, en 1915, para la compañía londinense Elders & Fyffes Ltd. Con 129.92 metros de eslora y 16.49 de manga,
tenía un desplazamiento de 6.833 toneladas.
Requisado por el Almirantazgo al inicio
de la guerra, fue reconvertido en crucero auxiliar. En la fecha citada, cuando
navegaba en las proximidades de Cabo Clear, en la costa de Irlanda, fue
torpedeado y hundido por el submarino alemán U-97, pereciendo en el
siniestro al menos 28 hombres de su dotación. Los supervivientes, entre los que
se encontraba Joseph Collins, fueron rescatados por la corbeta HMS Orchis.
El 18 de febrero de 1943, Collins fue destinado al HMCS
Weyburn canadiense. Es importante esa fecha pues, cuatro días después el
barco fue hundido.
Era una corbeta canadiense, de la clase Flower, que había
entrado en servicio el 26 de noviembre de 1941. Con 62,46 metros de eslora y 33
de manga, tenía un desplazamiento de apenas 1.000 toneladas.
Inicialmente prestó servicio de escolta entre Quebec y Sidney
y, en septiembre de 1942, fue asignada a la operación Torch de invasión del
norte de África. El 22 de febrero de 1943, el HMCS Weyburn zarpó de
Gibraltar, para dar escolta al convoy GUS-4, pero tuvo la desgracia de
entrar en una zona que había sido minada por el submarino alemán U-118,
que había partido de Brest.
La explosión de la mina abrió un gran agujero en el costado
de babor, provocando la entrada de gran cantidad de agua. En auxilio de la
corbeta canadiense acudió el destructor británico HMS Wivern, pero en el
interior del HMCS Weyburn había una serie de cargas de profundidad que
intentaron ser desactivadas para evitar daños mayores, pero dos de ellas
llegaron a explotar, ocasionando el inmediato hundimiento de la corbeta y daños
serios en el destructor, donde murió su comandante.
No se sabe con certeza el número de víctimas en uno y otro
buque. En la corbeta canadiense, además del recién incorporado Josep Collins,
murieron el comandante del buque Capitán de Corbeta Thomas Maitland Wake Golby,
canadiense de 36 años; el subteniente canadiense Wilfred Ladrar, de 21 años; el
suboficial fogonero inglés Sydney Frank Día, de 35 años; el mayordomo
(cocinero) canadiense Eric Ewald Eisner, de 26 años; el jefe de fogoneros
Richard Stanley Hall, canadiense de 26 años; el subteniente británico John Ryck
Wolfe Lydekker, de 21 años que viajaba a bordo domo pasajero; el marinero de 1ª
Dorn Macquarrie McGaw, canadiense de 29 años; el fogonero canadiense Melvin
Clarence Morrison, de 23 años; el marinero de 1ª J. Leo Rainville, canadiense
de 20 años; el fogonero canadiense Maurice Arthur Saboya, de 26 años; el
marinero de 1ª William Henry Shelley, canadiense de 19 años; el marinero
británico Daniel Tanzey, de 19 años; y el marinero de 1ª canadiense Jack Tasse.
El cuerpo de Joseph Collins llegó a la
costa española, recibiendo sepultura en el cementerio de Zahara de los Atunes
que entonces era un pequeño puerto pesquero. En su tumba figura la habitual
lápida de los militares británicos, con sus datos personales. En ella está
grabada la inscripción “Dios por encima de todo. Cómo te echamos de menos. Tu
querida mujer Ellen e hijo Anthony”.
Aquel hijo que no conoció y otros
familiares, llegaron a visitar su tumba, donde realizaron una ofrenda floral,
hecho que recogió la prensa local.
Por otra parte, en la ciudad canadiense
de Regina, junto al monumento existente en Victoria Park, dedicado a los caídos
en combate, fueron colocados el año pasado unas placas en recuerdo a las
víctimas del naufragio del HMCS Weyburn.
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