Heraldo de Aragón, en su habitual sección “Hace 50 años” recogía una información referida al Santuario de Misericordia que, descontextualizada, era complicado interpretar. Comoquiera que, en el archivo de nuestro Centro, se conservan todas las noticias referidas a Borja y su entorno, publicadas en los medios de comunicación, hemos ido en busca del artículo que dio origen a esa reseña.
Se trataba de la crónica remitida desde
nuestra ciudad por el corresponsal del diario D. Francisco Domínguez Pablo, cuyo
titular y la primera frase eran las reproducidas.
Pero, lo que Francisco Domínguez denunciaba
era la actitud de quienes, a base de interponer recursos, estaban dificultando
la instalación de la red de suministro de agua y el alcantarillado por parte
del Ayuntamiento. Al mismo tiempo, hacía alusión a esas concesiones, de dudosa
legalidad, mediante las cuales algunas personas se beneficiaban de las aguas de
determinadas fuentes para su uso particular. Por eso se preguntaba sobre lo que
ocurriría si el Ayuntamiento o la Fundación las cortaran, teniendo en cuenta de
que quienes hacían uso de ellas eran precisamente quienes más se oponían al interés
general. Sin entrar en polémicas, por nuestra parte, eso era lo que reflejaba
la crónica.
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