sábado, 10 de junio de 2023

Una bellísima ejecutoria depositada en nuestro Centro

         Entre los documentos que estamos dando a conocer, con motivo de la Semana Internacional de los Archivos, queremos destacar, por su belleza, una ejecutoria depositada en nuestro Centro. Concretamente la Guillermo de Artígola, ciudadano de Zaragoza, datada en 1639.



         Es habitual que en este tipo de ejecutorias aparezcan las armas del linaje, al igual que ocurre en este caso, pero es mucho menos frecuente que la representación del árbol genealógico de quien pretende probar su infanzonía sea representada en la forma que aquí aparece, con los retratos de todos los miembros de la familia.

         Recostado, vistiendo armadura y sosteniendo sus armas se encuentra Domingo de Artígola, alias “Artiguet”, un caballero francés que tenía su casa solariega en el lugar de Barcus, en el vizcondado de Sola, obispado de Olorón. Hijo suyo fue el también caballero Menaut de Artígola, el cual tuvo dos hijos Juan y Hernando, padre este último de Guillermo de Artígola que fue quien probó su infanzonía en Zaragoza.

         El motivo de su relación con la capital aragonesa fue debido a que, durante las guerras de religión en Francia, entre hugonotes y católicos, en 1579 fue quemada la casa solariega de los Artígola, fervientes partidarios de la causa católica, por lo que Hernando de Artígola decidió pasar a Aragón, estableciéndose en Zaragoza, donde contrajo matrimonio su hijo Guillermo con Ángela Bosio, de la que tuvo como hijos a Juan Domingo, José,  Raimundo y Guillermo, a los que se menciona expresamente en la ejecutoria. Es curioso que en ella no aparezca Francisco, otro hijo que, sin embargo, aparece representado en el árbol, quizás porque había fallecido.


         Guillermo de Artígola, en nombre propio y en el de los cuatro hijos citados, fue quien probó su infanzonía ante la Real Audiencia de Zaragoza, siendo resuelta favorablemente, extendiéndose esta ejecutoria, en nombre de Felipe IV, en vitela de gran calidad, protegiendo las hojas en las que aparecen ilustraciones con seda roja.

 

         El documento lo firma D. Pedro Pablo Zapata Fernández de Heredia y Urrea, Gobernador de Aragón el 17 de mayo de 1639. Por la calidad del soporte y el cuidado puesto en su elaboración, es una de las ejecutorias más bonitas que conocemos.


 

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