jueves, 7 de marzo de 2024

Los hombres ilustres del panteón. IV. Antonio Cánovas del Castillo

         Prosiguiendo el recorrido por el Panteón de Hombres Ilustres, llegamos al último mausoleo situado en la zona izquierda, por la que lo iniciamos. Se trata del dedicado a D. Antonio Cánovas del Castillo, una bella obra de Agustín Querol, realizada en 1906 por encargo de los sobrinos del ilustre político.


D. Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897) había nacido en Málaga el 8 de febrero de 1828, pudiendo ser considerado el político español más destacado de todo el siglo XIX. Artífice de la Restauración, fue con Sagasta quien garantizó la estabilidad política, merced al sistema de alternancia en el poder de conservadores (a lo que representaba) y liberales.

En virtud de ese pacto, presidió el Consejo de Ministros en seis ocasiones: 1875; 1875-1879; 1879-1881; 1884-1885; 1890-1892; y 1895-1897. Fue además Ministro de la Gobernación (1864); Ministro de Ultramar (1865-1866) y Presidente del Congreso de los Diputados (1885-1886).

Murió asesinado en el balneario de Santa Águeda de Mondragón, el 8 de agosto de 1897, por el anarquista italiano Michelle Angiolillo. El magnicidio vino a sumarse al del general Prim, acaecido en 1870, siendo seguido por los de Canalejas, en 1912, y Dato, en 1921, todos ellos Presidentes del Consejo de Ministros y los dos últimos enterrados en este mismo panteón. El último Presidente asesinado fue el Almirante Carrero Blanco en 1973.

 


         El mausoleo, realizado en mármol, tiene forma de retablo y está adosado al muro de esa panda del claustro. En la parte central se encuentra el sepulcro, propiamente dicho, sobre el que reposa la estatua yacente del difunto. En la parte frontal, hay seis hornacinas, rematadas por arcos de medio punto, con representaciones de otras tantas virtudes: Templanza, Sabiduría, Justicia, Elocuencia, Prudencia y Constancia.

 


         A la izquierda, apoyada en el sepulcro, una figura femenina que representa a la Patria, con expresión dolorida, manifiesta serenamente su pesar por la pérdida de tan ilustre prócer.




         Tras el sepulcro, se encuentra un gran bajorrelieve que representa la Resurrección de Cristo, rematado por una Cruz entre ángeles y un friso con la inscripción “Cánovas” y los años de su nacimiento y muerte.

         Lo flanquean otras dos figuras femeninas, que representan al Arte y a la Historia. La de la derecha, con un libro entre las manos, corresponde a la Historia, mientras que la del Arte adopta la forma de un genio alado que se eleva para coronarle de laurel.

 

         A la derecha de todo el conjunto, hay un pebetero, al que el ligero tinte oscuro sobre el mármol transmite la impresión de estar humeando.

         Tras el asesinato, los restos de Cánovas recibieron sepultura en la Sacramental de San Isidro, en el panteón de los marqueses de la Puente y Sotomayor.  El 12 de mayo de 1906, fueron trasladados al Panteón de Hombres Ilustres, en presencia de numerosas autoridades.

 

         Finalizamos con una referencia al autor del mausoleo, el escultor Agustín Querol Subirats (1860-1909), natural de Tortosa e hijo de un modesto panadero, que llegó a ser uno de los artistas más reconocidos de su época, recibiendo numerosos encargos y siendo objeto de importantes reconocimientos.

 


         En Zaragoza hay dos monumentos de este escultor, el dedicado a los Mártires de la Religión y la Patria, en la plaza de España, y el de los Sitios en la plaza que lleva ese nombre.


 

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