Los medios informativos han anunciado ya el fallo del Jurado encargado de otorgar los Premios Hispania Nostra, correspondiente a la convocatoria de este año que, como debemos recordar, son diferentes a los premios Europa Nostra.
Tuvimos conocimiento del resultado tan
pronto como se reunió el Jurado, pero la noticia se ha mantenido embargada hasta
su presentación pública. En esta ocasión, nos ha costado mantenernos callado, dado
que dos de los tres premios tienen relación con Aragón, uno directa y otro de
manera indirecta y circunstancial.
El premio en la categoría segunda a la
conservación del patrimonio como factor de desarrollo económico y social, ha
sido concedido a la Fundación Valderrobres Patrimonial, por su trayectoria
general y no tanto por una intervención concreta, subrayando especialmente la
inmensa capacidad de esta institución para convertir a la localidad en un
referente de turismo patrimonial y cultural en una de las zonas de España más
castigadas por la despoblación. Igualmente, por el valor de la propuesta que
aúna patrimonio y su entorno, intervenciones de primer nivel, así como
formación y sensibilización de una ciudadanía que se ha volcado en la defensa
de su legado.
Ante esta situación de desidia, la Fundación Valderrobres
Patrimonial nació con el objetivo de conservar y recuperar, dentro de sus
posibilidades, todo el patrimonio mueble, inmueble y documental con el objetivo
de preservarlo para las generaciones futuras y de darle un valor como motor
dinamizador del turismo cultural. Desde sus orígenes, ha conseguido restaurar y
digitalizar todos los libros parroquiales, creándose una base de datos de los
movimientos poblacionales; restaurar la iglesia, mejorando su accesibilidad e
iluminación, lo que ha permitido musealizar su interior para acoger lo que
queda del patrimonio religioso que no se perdió en las guerras. Igualmente, ha
logrado recuperar la conexión entre la iglesia y el castillo, del que también
se restauraron las zonas derruidas. Los trabajos de consolidación y puesta en
valor han permitido crear un museo único en su interior con facsímiles de Goya,
que se valió del papel de Valderrobres para sus bocetos. Además, ha intervenido
y salvado el hospital, el antiguo colegio de las Hijas de la Caridad, la ermita
de los Santos, el torreón de la muralla y diversas muestras de arte mueble.
Se da la circunstancia de que, en la X
Jornada de Buenas Prácticas que, a finales del pasado año, se celebró en el
Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, nuestro Presidente moderó una Mesa
Redonda, dedicada a “Los pequeños héroes y los retos de la España rural”, uno de
cuyos participantes fue, precisamente, D. Manuel Siurana, de la Fundación
Valderrobles Patrimonial, la entidad creada por él y otro grupo de entusiastas
que ahora ha sido galardonada con este importante premio.
El premio en la categoría 1, a la intervención en el
territorio o en el paisaje, ha sido para el Ayuntamiento de Pulpí (Almería),
por la interesante recuperación de un paisaje industrial que combina un recurso
minero y monumental. Destaca igualmente la importancia de la implicación
ciudadana en el desarrollo de este proyecto liderado por la administración
local. De esta manera, el jurado considera el proyecto galardonado un ejemplo
en sí mismo que puede ser replicado en otros lugares.
Fue, en 1999, cuando se descubrió, en
el interior de la Mina Rica, la gran geoda de la imagen anterior, de ocho
metros de longitud y dos metros de altura recubierta de enormes cristales de
yeso. Su transparencia y estado de conservación la convierten en una joya de la
naturaleza y única a nivel mundial por sus dimensiones, perfección, tamaño y
transparencia de los cristales, lo que le valió la declaración de Monumento
Natural. Se localiza en uno de los niveles más profundos de la explotación
minera. Se trata de una formación geológica extremadamente frágil, por las
peculiaridades del mineral de yeso, sujeta a deterioro por cambios en las
condiciones de temperatura, humedad, CO2, etc.
En la mina se han encontrado también minerales
con propiedades luminiscentes, algunos de los cuales se han recuperado para
formar una completísima colección con otros procedentes de todo el mundo. El
lugar escogido para el Museo de la Luminiscencia es en el edificio del Espacio
Escénico de la localidad.
El Ayuntamiento no sólo ha acondicionado
el acceso a la geoda y creado el museo citado, sino que también ha rehabilitado
el castillo de San Juan de los Terreros, todo lo cual ha supuesto un gran
impacto social, cultural, medioambiental y económico que afectó a la localidad
y comarca, para convertirse en un elemento identitario de esa pequeña
población.
Cabe preguntarse acerca de la relación
de la geoda de esa localidad andaluza con nuestra ciudad. Lógicamente, es algo
circunstancial, pues el científico que la investigó inicialmente fue el Dr. D.
Juan Manuel García Ruiz, el más importante geólogo español, especializado en
Cristalografía que, durante muchos años fue asiduo visitante de Borja y de
nuestro Centro.
En aquellos momentos, cuando todavía
era un joven geólogo ya mostraba un enorme interés por la especialidad en la
que terminó convirtiéndose en un experto. Con él recorrimos nuestra comarca y,
recordamos de manera especial la visita efectuada a las encinas de Ambel.
Tras ejercer la docencia en varias universidades,
pasó como Profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC). En el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, habiendo fundado el Laboratorio
de Estudios Cristalográficos y la Factoría Española de Cristalización, ambos en
Granada.
Su nombre está asociado a proyectos
tan importantes como la investigación de la cueva de los cristales de Naica
(Saucillo, Chihuahua, México) descubierta en 2000, con gigantescos cristales de
selenita, considerados los más grandes del mundo, lo que mereció un artículo y
portada del National Geographic.
Asimismo, fue el investigador
principal del proyecto “Granada Crystallisation Facility” de la Agencia
Espacial Europea, desarrollado en dos fases (2001-2002) en la Estación Espacial
Internacional de la NASA, probando un aparato para cristalizar una variedad de
soluciones de proteínas en el espacio, comparando sus resultados con los
obtenidos en tierra. En la imagen de la NASA aparecen, de izquierda a derecha
el Ingeniero de Vuelo Mikhail Tyurin, el Comandante de la misión Frank L.
Culbertson, el Ingeniero de Vuelo Vladimir Dezhurov, que fueron una de las
tripulaciones que realizaron el experimento del Dr. García Ruiz que, también,
ha patentado un reactor de cristalización ya en uso por parte de la Agencia
Espacial Japonesa y de la propia Agencia Espacial Europea.
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