sábado, 3 de junio de 2023

Cementerios militares musulmanes en España

         Alrededor de 100.000 personas, procedentes del antiguo Protectorado Español en Marruecos combatieron en la Guerra Civil española. La mayoría de ellos eran simples soldados, pero también hubo suboficiales y oficiales, algunos tan importantes como Mohammed ben Mizzian, que llegó a ser Teniente General y Capitán General de Galicia y Canarias, antes de retornar a Marruecos donde fue Ministro de Defensa y el único mariscal de las Fuerzas Armadas Reales.

         Las numerosas bajas en combate y las producidas en los hospitales en los que eran ingresados los heridos, hizo necesario disponer de cementerios militares para ellos, dado que por su condición de musulmanes y las normas que establece su religión, no podían ser enterrados en cementerios cristianos. 


         Uno de esos cementerios está ubicado en la localidad madrileña de Griñón, en un terreno que fue donado por una dama de origen hispano-marroquí, continuando en uso hasta nuestros días. Tiene una extensión de unos 7.000 metros cuadrados y dispone de una mezquita al frente de la cual hay un imán que cuida del cementerio. En un momento determinado, el recinto fue cedido por el Ministerio de Defensa al Consulado General de Marruecos que se hizo cargo de su conservación, hasta que se suscitó un grave problema con el Ayuntamiento.

 

         En el cementerio, habían venido siendo enterrados muchos musulmanes fallecidos en España, especialmente de países de Oriente, dado que los marroquíes optaban por trasladarse a su país, en sus últimos años.

         El cementerio estaba al límite de su capacidad y, aprovechando esa circunstancia, se produjo una intervención de la Guardia Civil (por iniciativa propia o a instancia de parte) en la que denunció el incumplimiento de la normativa española de enterramientos. Las normas islámicas exigen que la inhumación sea realizada con el cadáver depositado en la tierra, mirando a La Meca, sin ataúd, y a una cierta distancia de las tumbas contiguas.

         El Ayuntamiento en quien recaían las competencias en materia de policía sanitaria y de cementerios, dispuso que los enterramientos se efectuaran en ataúdes, algo imposible de cumplir, y al mismo tiempo, logró que le fuera cedido el recinto por 50 años. A raíz de la polémica ya no tienen lugar enterramientos allí.

         Este problema se ha suscitado también en otros lugares, en los que, asimismo, se aducen razones sanitarias, pero no exentas de una evidente intolerancia hacia los usos y costumbres de un colectivo, al que le quiere forzar a renunciar a algo irrenunciable, justificándolo en la imposibilidad de que la ley haga distinciones entre los ciudadanos por razones de fe.

         Pero esas cuestiones, aún siendo graves, superan los objetivos de este artículo en el que únicamente se pretende dar noticia de uno de los cementerios militares musulmanes que hay en España. Mañana hablaremos de otros.


 

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