Hoy se cumplen cien años del asesinato, el 4 de junio de 1923, del cardenal D. Juan Soldevila Romero, lo que queremos recordar, dado que en nuestro Centro se conserva un retrato poco conocido del ilustre purpurado, que fue realizado por D. Elías García Martínez en 1921 y que, tras ser localizado, pudimos adquirir. Además, el cardenal estuvo en varias ocasiones en Borja, dado que antes de acceder a la sede metropolitana, fue obispo de Tarazona.
En uno de los varios artículos que le
hemos dedicado en este blog, recordábamos que había nacido en 1843 en
Fuentelapeña (Zamora) y, siendo canónigo de la catedral de Valladolid, fue nombrado
Obispo de Tarazona entre 1889 y 1901, año en el que fue promovido a la sede de Zaragoza.
El Papa Benedicto XV lo creó cardenal en el consistorio celebrado el 15 de
diciembre de 1919, con el título de cardenal presbítero de Santa María del
Popolo.
Siendo obispo de Tarazona, visitó nuestra ciudad en bastantes
ocasiones. En dos de ellas administró el Sacramento de la Confirmación, en tres
ocasiones. La primera fue en 1890, siendo padrinos D. Amado Badía y Saldubes y
Dª. María Nogués y Milagro. Era costumbre que, como padrinos de los
confirmados, actuaran autoridades o destacados personajes locales. En este caso
D. Amado Badía era notario y fue el primer Presidente del Sindicato de Riegos,
así como de la comisión organizadora del I Centenario de la Virgen de la Peana
en 1889. Falleció en 1890, algo después de ser padrino de la Confirmación,
cuando sólo tenía 56 años. Dª. María Nogués era la hermana del general Nogués.
Volvió en 1895 y en esa ocasión los
padrinos fueron D. Lorenzo Nogués y Milagro, el hermano del general Nogués, y
Dª. Juana Malumbres y Simón que era tía del escritor Emilio Alfaro Malumbres. La
última vez fue en 1899, siendo los padrinos el Alcalde de la ciudad D. Tomás
Sánchez Saldaña y, de nuevo, Dª. Juana Malumbres.
Pero, además, a él se debió la fundación del colegio de Santa
Ana en nuestra ciudad, verificada en 1894. También dio todo tipo de facilidades
para que en la iglesia del antiguo convento de dominicos se volviera a
restablecer el culto, interrumpido desde 1835. Llamamos la atención sobre esta
fotografía muy interesante pues en ella puede verse la entrada original al
convento, a la izquierda de la iglesia y la tapia que cerraba el edificio. En
la plaza aún no estaba la fuente, pero sí el Parador de Frauca con una buena
acera delante del edificio que contrastaba con la tierra del resto de la plaza,
que ya había sido nivelada pues originalmente tenía una gran depresión en el
centro.
El cardenal que, como arzobispo de
Zaragoza, había impulsado la creación de la Caja de Ahorros de la Inmaculada,
así como sindicatos católicos y viviendas sociales, cayó abatido por los
disparos que los anarquistas Francisco Ascaso y Rafael Torres Escartín efectuaron
sobre su vehículo, cuando se disponía a entrar en la escuela-asilo que había
fundado en El Terminillo y solía visitar todos los días después de comer.
La noticia causó un enorme impacto en
todo el mundo y los medios de comunicación se hicieron eco del trágico
acontecimiento y de sus multitudinarias exequias. Desde Borja salieron varios
telegramas de repulsa, entre ello uno de la redacción del semanario Ecos del
Moncayo que le dedicó un extenso artículo, recordando su relación con
nuestra ciudad y las visitas efectuadas, tanto las antes comentadas como “otras
muchas para atender diversos asuntos, por lo que era muy querido en Borja”.
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